ÆON FLUX.
9/10

Æon Flux nació en la serie recopilatoria Liquid Television (1991), en cuya primera temporada se emitió el piloto dividido en seis entregas, seis intensas píldoras de dos minutos. Durante la segunda temporada de ese mismo programa, se emitieron cinco mini-capítulos más de entre tres y cinco minutos. Esas breves entregas eran habitualmente lo mejor Liquid Television, así que es lógico que MTV encargase una temporada completa de la creación de Peter Chung, esta vez ya con episodios de veinte minutos.

Æon Flux se apoya sobre tres pilares principales: una compleja trama de ciencia ficción, espectaculares escenas de acción y un erotismo impregnado de fetichismo y toques de sado. Desde un punto de vista narrativo, se trata de una muy interesante incursión experimental en la ciencia ficción futurista que presenta una creíble civilización postapocalíptica, en el año 7698, con dos ciudades separadas por un muro. No soy el primero en ver una alegoría del Berlín dividido, con una región más libre haciendo las veces del oeste y una parte bajo un régimen autoritario como Berlín este.

Esa premisa suele ser una excusa para tratar asuntos como la inteligencia artificial, el control de la población mediante la tecnología, las fronteras físicas cada vez más inexpugnables, la evolución del ser humano o el cuestionamiento de la identidad con la clonación. Respecto a esto último, la serie tuvo el atrevimiento de matar a su protagonista y sustituirla por un clon en más de una ocasión. Una heroína, Æon, competente pero vulnerable, que muere violentamente a causa de sus errores.

El otro eje fundamental de la serie es la brillante estética desarrollada por Peter Chung. Inspirándose en el cine expresionista alemán de los años 20, el anime de Osamu Tezuka o Koji Morimoto, la pintura de Egon Schiele o los cómics de Moebius, entre otras influencias, creó una propuesta visual personal y deslumbrante. Æon Flux logró un aspecto mucho más cuidado de lo habitual en el ámbito de la animación para adultos. También la animación, para los estándares de las producciones televisivas de la época, es muy estimable. La combinación de la estética y la sofisticada animación es la que permitió las numerosas y memorables secuencias de acción, sobre todo durante las dos primeras temporadas, que eran asuntos enteramente visuales al prescindir de diálogos.

Por otra parte, fue la primera vez que una serie de animación para adultos estadounidense era dramática, pues los únicos ejemplos existentes hasta entonces, de Los Picapiedra (1960) a Los Simpson (1989), pasando por Wait Till Your Father Gets Home (1972), eran comedias de situación. Lástima que no creara escuela, pues la comedia sigue siendo, con diferencia, el género más cultivado por la animación adulta, pero al menos es posible que facilitara la emisión de propuestas dramáticas como Spawn (1997) o Spicy City (1997) en HBO. También es una pena que la serie de Peter Chung concluyera tras una sola temporada más allá de Liquid Television, pero el final es tan brillante que cuesta imaginarse uno mejor. Además, el estilo de Chung pudo ser disfrutado en una segunda serie, Alexander Senki (1999), y en el segmento Matriculated de Animatrix (2003).

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Categoría: Serie.
Creador: Peter Chung.
Año: 19911995.
País: Estados Unidos, Japón.
Género: Ciencia Ficción, Acción, Vanguardia.
Técnica: 2D.
Estudio: MTV Animation.
Idioma: Inglés.
Característica: Experimental, Distopía, Futurista, Robots, Aliens, Heroínas, Ciberpunk.
Capítulos: 16 de entre 2 y 22 minutos (3 Temporadas).
Clasificación por edades: NR-16.
Canal original: MTV.

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