EL SHOW DE CLEVELAND (THE CLEVELAND SHOW).
6/10
Más incluso que Padre Made in USA, esta es la serie más parecida a Padre de familia que ha existido. El problema no es que fuera muy similar, sino que diese la impresión de reaprovechar los chistes que desechaba la serie de la que surgió el personaje de Cleveland Brown. La idea de crear una segunda producción centrándose en una familia afroamericana -una minoría con muy poca representación en la animación para adultos- era interesante a priori. De hecho, El show de Cleveland comenzó bien, con una estimable primera temporada que no era mucho menos atractiva que Padre de familia, y con un muy buen primer episodio.
Sin embargo, una vez la calidad de los guiones comenzó a descender de manera alarmante, quedó claro que ni Cleveland Brown, ni su familia ni sus amigos eran capaces de sostener su propia serie. Sintomático es que su ausencia no se echara mucho de menos en Padre de familia durante esos años: no era el más carismático de los personajes.
Una vez debió de resultar evidente, incluso para los guionistas, que aquello no daba para mucho, comenzaron los ejercicios de estilo: un capítulo que simulaba ser grabado en directo, otro que imaginaba cómo serían las versiones internacionales de la serie… El de los ejercicios de estilo es un recurso al que no es ajeno ni Padre de familia, ni Los Simpson, ni casi ninguna serie longeva, sea o no de animación, pero para eso la serie tiene que haber creado sólidos personajes que nos haga gracia ver en otros roles, cosa que aquí nunca ocurrió.
En fin, fue el primer fallo de Seth MacFarlane, que hasta entonces había sido infalible en la creación de series de animación. Es más, durante las cuatro temporadas que duró El show de Cleveland, suyas eran tres de las cuatro series que emitía el bloque de animación para adultos de la FOX, Animation Domination -la única no creada por él era Los Simpson-, así que podía haber sido rebautizado como ‘MacFarlane Domination’.