(Fotograma de Tío)
Juan José Medina es uno de los más destacados y personales directores de stop motion. También es, aunque esto importe menos, uno de mis preferidos. Sus obras me parecen narrativamente aventuradas y estéticamente asombrosas. Su más reciente corto, Tío (2021), formó parte de la sección oficial del Festival de Annecy 2021 y yo lo incluí en la lista de los mejores del año. Además, es uno de los responsables de Outik, estudio del que han surgido algunas de las más interesantes obras de animación de México de la última década.
¿Qué animación te gustaba especialmente cuando eras pequeño?
Cuando era un niño veía cualquier tipo de serie o película animada, nunca fui fanático de Disney pero consumía cualquier clase de animación. Sin embargo, recuerdo bien que unas de las experiencias más impactantes para mi y mis hermanos eran esas películas donde Ray Harryhausen hacía su magia. La idea de ver aquellos personajes mitológicos interactuar con actores era simplemente alucinante, recuerdo que en cuanto terminaba de ver alguna de esas películas lo primero que hacia era tratar de replicar esos seres fantásticos en plastilina.
Cuando estudiaste Artes Plásticas y luego Artes Audiovisuales en la Universidad de Guadalajara, ¿tuviste alguna asignatura de animación?
Fue hasta mi paso por el CAVV que tuve la oportunidad de cursas alguna materia de animación, fue un curso muy básico de cuatro semanas donde vimos los fundamentos de animación en 2D, posteriormente se trató de investigar con gente experimentada como Rigo Mora, leer por mi cuenta, ver tutoriales en internet y obviamente mucha práctica, por prueba y error es como realmente se aprende.
¿En qué momento decidiste dedicarte a la animación y por qué?
No fue una decisión planeada o que pueda definir su momento exacto, creo que se trató de una transición de varios años donde traté de llevar mi carrera de artista plástico a la par de mis primeros proyectos de animación. Con el paso del tiempo fui dejando de pintar y hacer escultura como soporte principal y esas actividades pasaron a ser parte de mi quehacer como realizador audiovisual, es decir, mis necesidades estéticas de vieron solventadas con la animación. Quizás esta transición se dio entre los años 2008 y 2015 cuando fueron mis últimas exposiciones de arte.
¿Cuándo conociste a Rita Basulto y qué os llevó a colaborar?
Nos conocimos como estudiantes de artes plásticas por allá de 1990, al terminar la escuela de artes iniciamos juntos en el Departamento de Tv y video de la UDG y dese ahí comenzamos una larga carrera de colaboración tanto en proyectos personales, como en obra por encargo. Lo cierto es que siempre nos complementamos muy bien al momento de trabajar.
¿El octavo día, la creación es tu primer cortometraje o ya había realizado animaciones antes, aunque fuese a nivel no profesional?
Antes de El octavo día, trabajé en una obra colectiva de animación, era una adaptación muy libre y abstracta de “Una rosa para Emily” de Faulkner. Se trataba de una mixta de animación 2D y stop motion, curiosamente ahí me tocó animar en dibujo y ese cortometraje se envió a una bienal de video por ahí del 1996, no tengo idea donde estará ese material ahora.
¿Por qué decidisteis crear Outik? ¿Los fundadores sois Rita Basulto y tú?
Los socios creativos de Outik somos: Rita Basulto, León Fernández y yo, además de un socio capitalista, José L. Vázquez. La idea de constituir un estudio de manera más formal fue prácticamente un paso natural que se tenía que dar para poder acceder a ciertos clientes y Fondos de inversión que únicamente trabajan con la figura jurídica de persona moral, es un requisito más que implica obligaciones extras pero que en esencia no cambia la forma de trabajar para nosotros.
¿Qué artistas te inspiran para crear obras tan peculiares, con esa mezcla tan personal de fantasía, terror y denuncia social?
De entrada, te diría que cada realizador hablará de sus influencias de manera un tanto aspiracional, no como un mecanismo consciente de imitación burda, sino como un proceso de aprendizaje y búsqueda de un lenguaje propio. En mi caso, creo que la obra literaria de algunos autores mexicanos y estadounidenses han influido de manera aspiracional como lo dije antes, en ciertos rasgos de la parte narrativa (Rulfo, Faulkner, McCarthy). Si hablamos de lo visual ahí quizás hablaría de muchos artistas de diferentes épocas y nacionalidades (Beksinsky, Giger, Francis Bacon, El Bosco y muchos más) y finalmente lo más importante ha sido ver películas de todos los géneros y épocas posibles donde los animadores tienen un apartado muy especial (Svankmajer, hermanos Quay, Harryhausen).
Y por último no puedo dejar de mencionar que el contexto social e histórico juega un papel importante para cada autor, imposible negar la influencia que tiene el entorno en la forma de comunicarnos, quizás si yo fuera un joven nacido en Noruega estaría preocupado por otros temas y produciendo otro tipo de historias.
¿Con qué estás especialmente satisfecho de tu trayectoria como cineasta?
La satisfacción nunca es buena consejera cuando se trata de nuestro trabajo, me parece que un poco de insatisfacción mezclada con frustraciones y un poco de obsesiones hacen un caldo más rico para generar obras honestas y nos mueven a seguir superando retos.
¿A qué crees que se debe que en México haya numerosos autores especializados en stop motion que han logrado repercusión internacional?
Muchas veces me han preguntado cosas similares y sin pecar de falsa modestia no creo sea para tanto, si cada uno de los animadores de stop motion tuviéramos un proyecto de largometraje terminado, entonces sí diría que es un fenómeno digno de atención, por ahora solo respondería que sí hemos podido conformar buenos equipos de trabajo, más allá de lo que suceda con la obra.
¿Puedes adelantarnos algún proyecto que tengas entre manos?
Seguro, actualmente trabajo en el desarrollo del largometraje “Niño carbón” (nombre tentativo) del cual se desprende el cortometraje Tío. Llevo algunos años trabajando en este proyecto y para su desarrollo era muy importante correr el proceso completo del cortometraje Tío para definir varios temas de orden técnico y presupuestal.