“El feminismo te arruina la vida pero te regala una mucho mejor”. Esta frase es de las primeras que encontramos en el libro de Lula Gómez, autora de Eres una caca y de la serie homónima.
Y es que te gustaba tu vida. Reías con los chistes sobre rubias tontas y los programas de humor en los que las mujeres son secundarias y bobas. Callabas e incluso compartías el comentario despectivo sobre la forma de vestir o el aspecto de una chica. Asumías que tu compañero cobra más que tú. Agachabas la cabeza ante un piropo soez en la calle. Te ocupabas del trabajo, la casa, los niños. Hacías lo normal y estabas bien.
Y un día descubriste el feminismo y ya nada volvió a ser igual.
Escrito con un estilo muy ameno, casi a modo de cuaderno personal y con ilustraciones hilarantes, este libro nos ayuda a entender cómo se han sentado las bases del machismo a lo largo de la historia.
También hace un interesante recorrido por conceptos como el patriarcado de coerción y de consentimiento, la construcción de género. Desmonta todos los argumentos e ideales del patriarcado con investigaciones llevadas a cabo por diversas autoras (además de Simone de Beauvoir). Analiza la vulnerabilidad de las mujeres (violaciones, prostitución) y cómo es necesario desaprender todo lo aprendido en nuestras sociedades machistas para poder rearmarnos como mujeres conscientes y libres.
En resumen, es un libro magnífico tanto para iniciarse en el feminismo como para descubrir algunos detalles nuevos y reflexionar.
También me gustaría dedicar una de las frases finales del libro a todos aquellos que nos llaman “feminazis” o que piensan que el feminismo es lo contrario al machismo: “El feminismo es la idea radical que sostiene que las mujeres somos personas”.
Por último, una recomendación: si aún no has descubierto la serie Eres una caca, te invito a verla.
Son capítulos de menos de cincuenta segundos en los que Lula Gómez anima con stop motion a todos esos tíos mierda que alguna vez nos hemos encontrado. Y lo de mierda es literal, ya que los protagonistas son mojones.
¿Lo mejor? Al final de cada episodio, el excremento es pisado ya sea por botas, sandalias, tacones o zapatillas. Este detalle por cierto me encanta, porque los machistas han asegurado siempre que las feministas son una panda de hippies en zapatillas que no se depilan. Pues no. Las feministas somos libres de amar, vestir y lucir nuestros cuerpos como queramos, ya sea con los labios pintados o pelos en el sobaco (o ambos).
En definitiva, la sensación final que deja este plano es reconfortante porque, ¿quién no ha querido alguna vez aplastar a un tío mierda?
Como muestra, aquí dejo uno de mis episodios favoritos:
