ESTAMOS UNIDOS (WE THE PEOPLE).
8/10
Chris Nee ya había creado varias series de éxito cuando presentó Estamos Unidos, aunque buena parte de la promoción del proyecto giró en torno a tres de sus productores ejecutivos: Kenya Barris (creador de Black-ish), Barack Obama y Michelle Obama. Bien está que Netflix aprovechase la fama de algunos de los implicados para publicitar una serie que, por su singularidad, lo hubiera tenido difícil para abrirse paso en tan amplio catálogo de otro modo.
Estamos Unidos reúne diez cortometrajes musicales -que son, esencialmente, videoclips-, cada uno de ellos responsabilidad de un músico y un animador distinto, de modo que la variedad estilística y estética está asegurada. El propósito es «educar a una nueva generación de jóvenes estadounidenses acerca del poder del pueblo», de modo que cada episodio está centrado en un derecho cívico básico de Estados Unidos. Chris Nee menciona Schoolhouse Rock! (1973) como principal influencia y la inspiración es obvia, puesto que la estructura es la misma.
La diferencia es que la animación es lógicamente más elaborada y, en la mayor parte de los capítulos, más sofisticada y colorida. De la animación, por cierto, se encargan Peter Ramsey, Trisha Gum, Victoria Vincent, Benjy Brooke, Mabel Ye, Tim Rauch, Jorge R. Gutiérrez, Daron Nefcy, Everett Downing y Kendra Ryan. La música la firman H.E.R., Janelle Monáe, Adam Lambert, Lin-Manuel Miranda y Kristen Anderson-Lopez, entre otros. Además, el capítulo final ilustra un audio del poema que Amanda Gorman recitó en la investidura presidencial de Joe Biden el 20 de enero del 2021.
La propuesta es inusual y posee encanto. Solo por apreciar las distintas estéticas de la animación ya merece la pena darle una oportunidad. Otra cosa es que sus bienvenidos mensajes de civismo, derechos, participación ciudadana…, muestren un Estados Unidos idealizado que se parece poco al que vemos en las noticias. El episodio dedicado a la inmigración es particularmente ingenuo: da la sensación de que el país recibe a gente de todo el mundo con los brazos abiertos. Claro que esa visión tan positiva muy posiblemente sea deliberada y pretenda recuperar el optimismo y la concordia tras una época de crecientes tensiones y polarización. Si estas animaciones musicales contribuyen a caminar en esa dirección, bienvenidas sean.
