Aitor Oñederra es un cineasta, animador, docente y director del festival internacional de animación Animadeba, así que, además de talentoso, es un dinamizador cultural que ha promovido la difusión de la animación de autor. Ese es justo el ámbito en el que se desarrolla su interesante filmografía como director, que incluye un corto de reciente estreno seleccionado en el Festival de Málaga 2021, Ur azpian lore (2021).
Como parte de la entrevista que le realicé, le pedí que eligiese un corto de animación que le pareciese esencial. El seleccionado es Le Chapeau (1999), dirigido por Michèle Cournoyer y producido por el National Film Board of Canada.
Le cedo la palabra para que nos explique el porqué de su elección:
Lo elijo porque…: sobre todo por la temática y la forma de contar de la película. Tiene una estructura narrativa innovadora y arriesgada. Se sirve de transiciones en forma de metamorfosis para crear un plano secuencia. Cada fotograma dibujado con tinta negra nos muestra una composición atractiva, captando en todo momento la atención del espectador. Aunque el diseño de los personajes sea algo naíf y sus movimientos no sean naturales, el espectador llega a leer la crueldad de la realidad que muestra la directora.
El sonido tiene una gran importancia en esta obra. El sonido extradiegético está presente a lo largo de toda la película, aportando ritmo y frescura a la animación con el compás de la batería. Según cambia la composición de los planos, la música también tiene su transición. Los sonidos diegéticos nos muestran el lado oscuro de la película y crean tensión.
Es esencial porque…: en el año 2000 obtuvo numerosos premios importantes de animación, entre ellos el premio a la mejor película canadiense en el Toronto Film Festival, el Premio del Jurado en Ottawa y la mención especial del jurado en Annecy. Es referente en el cine de animación para adultos, esta obra y su directora, Michèle Cournoyer, muestra una gran sensibilidad, estilo y carácter personal en todas sus obras.