Un corto esencial: por Miguel Anaya Borja

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Miguel Anaya Borja es el director de los recomendables cortos Mi abuela Matilde (2021) y K8 (2022), con los que, de paso, mostró su notable versatilidad, dado que el primero está animado en stop motion con muñecos, mientras el segundo está realizado con dibujo a mano de carboncillo sobre madera. En ambos, no obstante, disfrutamos de su sensibilidad y de su comprometida visión del mundo.

Para conocer mejor sus preferencias y posibles influencias, le pedí que nos recomendase un corto de animación que le pareciese esencial. El elegido es El hombre que plantaba árboles (L’homme qui plantait des arbres), un nuevo clásico del medio, dirigido por Frédéric Back en 1987, con el que obtuvo su segundo Premio Oscar en la categoría de Mejor cortometraje de animación.

Le cedo la palabra para que nos explique el porqué de su elección:

Lo elijo porque…: visualmente lo considero entrañable, con una técnica poética que usa para contar una historia muy interesante basada en hechos reales. Además, trata sobre predicar con el ejemplo y de cómo, con pequeñas acciones, podemos mejorar nuestro entorno. Ya era de mis cortometrajes favoritos, pero más cuando Frédéric Back vino a México y tuve la oportunidad de conocerlo. Ahí supe que, debido a la técnica que empleaba, perdió la vista en un ojo por el spray que utilizaba para hacer más transparente algunas partes de los acetatos. Aún así, seguía dibujando.

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