1938: El mono relojero

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El mono relojero

Quirino Cristiani.
EL MONO RELOJERO.
8/10

Categoría: Cortometraje.
Guion: Eleazar Maestre.
Año: 1938.
País: Argentina.
Género: Comedia.
Técnica: 2D.
Idioma: Español.
Característica: Animales.
Duración: 10 min.
Clasificación por edades: Todas las edades.

Durante mucho tiempo*, El mono relojero fue la única obra dirigida por Quirino Cristiani que se conservaba. La realizó cuando ya había dirigido sus tres largometrajes de animación, entre ellos el primero de la historia, El apóstol (1917), y el primero con sonido, Peludópolis (1931), de modo que ya era un pionero por partida doble en el ámbito animado. Aunque es una alegría que pudiéramos al menos ver esta obra, es una pena que fuese la única, puesto que no fue una idea suya, no escribió el guion y no es una sátira política para adultos como las que le reportaron sus primeros éxitos. Además, la realizó con acetatos, no en animación con recortes, la técnica que caracteriza buena parte de su obra y la de sus primeras décadas de actividad como cineasta. En definitiva, no es un corto personal ni representativo de su filmografía.

Giannalberto Bendazzi, en su muy recomendable libro Quirino Cristiani, pionero del cine de animación (Dos veces el océano), editado por Ediciones de la Flor (2008), cuenta así la génesis del proyecto de adaptación del cuento homónimo de Constancio C. Vigil: “por primera vez, desde los tiempos de Federico Valle y de Della Valle y Fauvety, Cristiani no era su propio productor. La película fue financiada y producida por Vigil con 15.000 pesos. (…) Desde un punto de vista técnico, la película fue hecha con todos los avances de la modernidad. Fue la primera película animada argentina con sonido óptico (la época de los discos era ya cosa del pasado) y la animación fue hecha sobre acetato, una técnica que se había vuelto clásica en las producciones norteamericanas, particularmente en las del ya imperante Walt Disney. Faltaba la película en colores, pero debe recordarse que la animación en colores era aún, en aquellos tiempos, una novedad en los Estados Unidos, y apenas experimental en Europa. (..) Más que un hecho técnico, lo que hay allí es un problema de carácter. Bohemio incurable, Cristiani se encontraba trabajando con un austero pensador, a quien no comprendía y cuyas preocupaciones éticas y pedagógicas no compartía. La burla a los poderosos y al mundo político, la irreverencia fresca y sencilla, es decir, todo lo que es característico del cine de Cristiani, no se adaptaban al contexto de El mono relojero. Ni él estaba en condiciones de transformar el relato en ‘féerie’, ni el productor podía ver en la pantalla las sutilezas de sus páginas escritas. La película, en definitiva, fue el resultado de un compromiso”.

Bendazzi concluye con un veredicto: “En síntesis: la película puede considerarse un ejemplo de producción promedio, capaz de confrontarse brillantemente con cualquier otro producto homólogo de la época”.

*dejó de ser la única en el 2022, cuando se encontró y restauró otro de sus cortos, Entre pitos y flautas (1941).

Reseña Panorama
Puntación
8
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