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Dick Rickard. Categoría: Cortometraje. |
Tiene sentido que el estudio que realizó Bambi (1942), largometraje en el que los villanos eran los cazadores, decidiese adaptar el relato antitaurino El cuento de Ferdinando (1936), escrito por Munro Leaf e ilustrado por Robert Lawson. Aquí, como imaginas, los malos de la función son los toreros, aunque como también imaginarás siendo esta una producción de Disney, el pacífico toro protagonista no sufre daño alguno.
El toro Ferdinando no es de los más divertidos cortos de la era clásica del estudio, ni tampoco de los más admirables desde un punto de vista artístico -no es otra obra maestra como El viejo molino (1937)-. Sin embargo, la historia es tierna y el toro tiene mucho encanto. Además, sí hay toques acertados, como la ruptura de la cuarta pared cuando la madre reacciona a lo que ha dicho el narrador o como cuando el impotente torero se tira de los pelos hasta quedarse calvo.
Eso sí, la imagen que da de los españoles -el corto transcurre en Madrid- no es precisamente halagadora, aunque para ser justos el estilo de caricatura extrema había sido ya empleado por Disney en más de una ocasión.
Con El toro Ferdinando logró Disney su séptimo Oscar consecutivo en el apartado de Mejor cortometraje de animación. Un año en el que lo tenía fácil para ganar, porque de los cinco nominados cuatro habían sido creados por la compañía de Walt Disney -el quinto era de Fleischer Studios-.
Dato curioso: varias décadas después, Blue Sky Studios adaptó esta misma historia en el largometraje Ferdinand (2017), estudio que poco después pasó a pertenecer al imperio de Disney tras la compra de 21st Century Fox por parte de la casa del ratón.
