Gene Deitch. Categoría: Película, Recopilatorio. |
El mismo año en el que Hanna-Barbera estrenó en televisión Alice in Wonderland or What’s a Nice Kid Like You Doing in a Place Like This? (1966), una versión libre de la novela de Lewis Carroll, Rembrandt Films propuso este largometraje que también está protagonizado por Alicia. Ahora bien, lo único que tienen en común una y otra producción es su animación limitada, porque estética y narrativamente son muy distintas. De las dos, esta es la más interesante.
Para comprender la génesis de Alice of Wonderland in Paris hay que remontarse a 1959, cuando Gene Deitch aceptó un trabajo de unos días en la productora que William Snyder había fundado en Praga. El director, que por entonces ya había trabajado en United Productions of America y Terrytoons, se enamoró de la ciudad checa y de la directora de producto de la compañía, así que se quedó a vivir allí hasta su muerte en abril del 2020.
Durante la primera década en Rembrandt Films, Deitch dirigió cortos de Tom y Jerry para MGM y series de Popeye y Krazy Kat para King Features Syndicate -subcontratados para ahorrar dinero, naturalmente-, aunque también creó proyectos personales, como el corto Munro (1961), ganador en los Premios Oscar: primer cortometraje no estadounidense que logró la estatuilla.
Para cuadrar las cuentas, el estudio aceptó también encargos educativos, de modo que produjo varios cortometrajes basados en populares obras de literatura infantil. Y justamente porque las cuentas seguían sin cuadrar, decidió entonces recopilar varios de esos cortos para distribuirlos como largometraje en Estados Unidos.
Este film incluye metraje extraído de los siguientes cortos: Anatole, de Eve Titus, Madeline and the Bad Hat y Madeline and the Gypsies, de Ludwig Bemelmans, The Frowning Prince, de Crockett Johnson, y Many Moons, de James Thurber, que es el mejor de los cinco. Para unir los segmentos en una misma trama, emplearon el personaje creado por Lewis Carroll, que parece ser una estadounidense que sueña con ir a París porque quiere ser como Madeline. Recibe entonces la visita de un ratón francés -un estereotipo andante- que le da un queso con el que puede reducir su tamaño lo suficiente como para viajar a la ciudad francesa a través de un agujero de ratón.
Ahí acaban las similitudes con la novela y el protagonismo de Alicia no es más que un reclamo, porque la película se limita a enlazar los cortos con el pretexto de que el ratón y Alicia se alternan para contarse historias. Apenas si se esforzaron en hilar los cortos, está claro que `procuraron reducir el mínimo el nuevo material para no incurrir en más gastos, así que esos dos personajes acaban por ser secundarios que vemos brevemente entre uno y otro corto. Ocurre lo mismo que con los largometrajes recopilatorios que estrenó Disney en los 40, como Música, maestro (1946) o Tiempo de melodía (1948), que también son una sucesión de cortos sin apenas hilo conductor.
A pesar de todo, el largometraje tiene su interés por la estética de las obras que recopila. La animación es limitada, pero el diseño de los personajes y de los fondos, con un toque de boceto, y la elección de colores recuerdan a Munro, así que posee cierto encanto de la animación artesanal. Además, merece la pena aunque solo sea por el segmento Many Moons, que por cierto incluye una idea de alfombra mecánica que recuerda a la genial Le roi et l’oiseau (1980).
Jerry Beck, en el análisis del film para su libro The Animated Movie Guide (2005), le otorga dos estrellas y media de cuatro y comenta lo siguiente: “el film es de bajo presupuesto y se nota, pero tiene una mezcla entretenida en cierto modo. Hay una canción original (cantada por Francios), y aunque la animación no está cerca de la de Disney, se mueve de manera más elaborada de lo que uno podría pensar [por su presupuesto, imagino que quiere decir]”.
El largometraje logró su objetivo, que era estrenarse en Estados Unidos, pues la distribuidora Childhood Productions lo comercializó como sesión matinal. Dada su escasa duración, completó el programa con una versión reducida a 31 minutos del corto francés Crin blanca (1953), dirigido por Albert Lamorisse. Paramount Pictures lo reestrenó en los 70, con el título de Alice in a New Wonderland.