Ralph Bakshi. Categoría: Película. |
Ralph Bakshi debutó con El Gato Fritz (1972), una adaptación de la tira cómica homónima de Robert Crumb que, a pesar de obtener la calificación X, o precisamente por eso, fue un inesperado éxito. Sin embargo, el proyecto que a él más le interesaba era el guion propio que terminó convirtiéndose en este segundo largometraje que nos ocupa.
Tráfico pesado muestra la cara más personal y experimental de Bakshi en su doble faceta de cineasta y animador. En la primera, la de cineasta, se aprecia por su estructura episódica -un tanto deslavazada, todo sea dicho-; el empleo de improvisación en las interpretaciones o de sonido de apariencia documental; la combinación de animación y fondos no animados; y, finalmente, su nada convencional narración -continuos cambios de tono, interludios protagonizados por una máquina de pinball a modo de metáfora, inusuales puntos e vista…-.
Como animador, desarrolla un estilo tan crudo como en su anterior largometraje solo que aun más extremo. Para empezar, hay un par de escenas con apariencia de boceto sin ‘clean up’, y sin apenas color: véase la que ilustra el tema ‘Maybellene’, de Chuck Berry. Además, hay una brillante escena que anima las ilustraciones del personaje protagonista, Michael Corleone, un historietista en busca de su primera oportunidad para publicar. En ese pasaje, los dibujos están más detallados, aunque el contenido seguramente le resulte ofensivo a católicos convencidos porque ofrece una visión de Dios poco ortodoxa.
También la estética es llamativa por su uso de fondos fotografiados o filmados en lugar de dibujados. Ocasionalmente vemos a los personajes animados junto a actores de carne y hueso. Técnicamente el efecto no está nada conseguido, pero es que el propósito de esa mezcla no parece ser hacernos creer que unos y otros personajes pertenecen al mismo universo. De hecho, no interactúan. Lo más probable es que se trate de una forma de ambientar la historia en esos bajos fondos neoyorquinos en los que transcurre, como si quisiera recordarnos constantemente que, más allá del esperpento y la exageración grotesca, esos personajes y mundos existen.
Por supuesto, como se trata de Ralph Bakshi, hay numerosas escenas sexuales y a los personajes femeninos se les sale una teta del escote cada dos por tres -eso cuando no aparecen desnudas directamente-, esté o no justificado por la trama. Claro que, comparado con El Gato Fritz, esta vez estuvo mucho más comedido.
No es su mejor película, título que ostenta American Pop (1981), pero sí la que mejor permite apreciar la personalidad del director en su versión más libre y su voluntad de llevar los largometrajes de animación en direcciones que la industria estadounidense no había explorado hasta entonces: por algo se le consideró el padre de la animación para adultos. Otra cosa es que ese intento sea irregular y que su tendencia a caer en la mera provocación sea un tanto frustrante.
También es su película mejor recibida por la crítica. The Hollywood Reporter afirmó que era el más creativo animador estadounidense desde Walt Disney. Por cierto, ya que mencionamos al creador del popular estudio, con Tráfico pesado Ralph Bakshi se convirtió en la primera persona de la industria de la animación estadounidense en encadenar dos largometrajes de éxito: no lo habían conseguido ni Fleischer Studios, ni United Productions of America ni las películas de la saga Snoopy.
Andrew Leal, en sus análisis para el libro The Animated Movie Guide (2005), le otorga tres estrellas de cuatro y escribe lo siguiente acerca de la galería de personajes: «presenta un crudo y a menudo caótico Nueva York habitado por mafiosos, prostitutas, travestis e inútiles jóvenes gamberros (temas recurrentes en los films de Bakshi; El Padrino aquí es esencialmente un calentamiento para la criatura aún más grotesca en su siguiente película, Coonskin)».
Jeff Lenburg, en The Encyclopedia of Animated Cartoons (1999), escribe lo siguiente: “Como El Gato Fritz, el film recibió la calificación X, aunque el contenido no es visualmente ni oralmente tan explícito como el primer esfuerzo de Bakshi. Originalmente iba a estar basado en ‘Last Exit to Brooklyn’, de Hubert Selby, pero el acuerdo entre Selby y Bakshi no acabó de materializarse. En 1974, varias escenas del film fueron reanimadas para obtener una clasificación R para que pudiera ser reestrenado en una sesión doble junto a Las nueve vidas de Fritz el gato”.