Nigel Cole. Categoría: Película. |
Un grupo de mujeres de más de 50 años deciden posar desnudas en un calendario benéfico con el que comprar un sofá para el hospital. Decisión que toman después de que el marido de una de ellas muera a consecuencia de un cáncer. Por lo visto, el sofá de la sala de espera es muy incómodo. Ese es el atractivo punto de partida de Las chicas del calendario, una suerte de versión femenina de Full Monty, sólo que menos singular y, sobre todo, bastante menos lograda. Dicho esto, es una simpática y entretenida comedia que cumple con su cometido de hacer sentir bien al espectador.
Esta es la clásica película basada en un curioso hecho real en el que buena parte del interés reside en comprobar cómo sus protagonistas van superando un obstáculo tras otro hasta logar el objetivo deseado. Cualquier persona con una mínima experiencia audiovisual podrá predecir el desenlace de cada una de las peripecias propuestas, de modo que la sorpresa no es precisamente una de las virtudes del guion. Ahora bien, sí se le debe reconocer cierta singularidad al darle una vuelta de tuerca a las que se supone que deben ser las ocupaciones de acomodadas mujeres de mediana edad. En ese sentido, la escena inicial, en la que vemos las tediosas charlas que han tenido que soportar en sus reuniones de la asociación de mujeres, es un acierto.
Lástima que el guion confíe demasiado en el atractivo de su propuesta, esto es, en ver a mujeres de más de cincuenta años posando desnudas. Por supuesto que la secuencia con el ‘cómo se hizo’ es divertida, que las reacciones de familiares y conocidos proporcionan material cómico de eficacia asegurada. Sin embargo, el film pasa sistemáticamente de puntillas por las partes dramáticas y apenas si saca punta de los conflictos –los que surgen frente al puritanismo y, también, los lógicos roces entre las participantes-. Quiere eso decir que, una vez realizado y editado el calendario, cuando la razón de ser de la película ya ha ocurrido, la narración se desinfla alarmantemente y pierde buena parte de su interés. Llegado a ese punto, sólo las interpretaciones salvan la función, especialmente la de la estupenda Helen Mirren.
Cuestiones cinematográficas aparte, el largometraje es recomendable por su positivo mensaje. Para empezar, evidencia el atractivo físico de mujeres de más de 50 años, cuestión que posiblemente explique su éxito internacional. Por otra parte, otorga el rol protagonista a personajes que tienen muy poca presencia en el cine comercial contemporáneo. Sólo por eso ya es bienvenida una producción como Las chicas del calendario.