Sofie Edvardsson. Categoría: Película. |
Hay un aspecto muy interesante en Top 3 y es cómo convierte su condición de previsible, o su aparente falta de pretensiones, en su mejor aliado. Para empezar, aunque narra una relación romántica entre dos ‘millenials’, no aprecio aspectos generacionales y la inevitable tecnología -chats, whatsapps, etc…- no es apenas relevante. Más revelador aún, los protagonistas son dos homosexuales, pero la historia no dedica ni un segundo a fijarse en esa cuestión más allá de una sola línea de diálogo: “tendré que decírselo a mis padres”.
No les ocurre nada malo por su preferencia sexual, ser gays no dificulta su relación ni viven ningún drama por esa cuestión. Por supuesto, ayuda que sean suecos, país que está entre los más tolerantes, pero es refrescante ver una película LGTBI que normaliza el amor homosexual hasta el punto de seguir casi al pie de la letra el manual de la comedia romántica clásica. Aquí tenemos el habitual ‘chico conoce a chica’ solo que convertido en ‘chico conoce a chico, se enamoran e inician una relación’. Es más, aquí que se trate de dos hombres es lo de menos: el guion de Simon Österhof y la dirección de Sofie Edvardsson ponen el acento en cómo mantener una relación cuando las dos personas que la integran tienen perspectivas vitales muy diferentes.
Top 3 es, esencialmente, una historia de madurez sentimental, de aceptación de los reveses amorosos y de transición entre la juventud y la edad adulta -comienza cuando los protagonistas van aún al instituto-. Por otra parte, el otro aspecto más llamativo desde un punto de vista narrativo es el partido que le saca a la obsesión del personaje principal por las listas, al estilo de Amélie Poulain en Amelie (2001) o de Pietro Paladini en Caos Calmo (2008). Aquí es mucho lo que descubrimos sobre su forma de ver el mundo con los ‘top 3’ que continuamente elabora. De hecho, el film establece muy bien el tono de su humor al comenzar con una lista de “los tres idiotas que odia más”, lista en la que incluye al primer ministro sueco, a sí mismo y al objeto de su amor.
La otra cuestión destacada del film es su estética, que es la mejor parte. La mezcla de colores y detalles de los fondos es una delicia y alcanza una explosión plástica en la visita a India. La escena del baño en un lago, en plena naturaleza, es particularmente bella. Con el diseño de personajes, en cambio, tengo sentimientos encontrados. Por una parte, veo que funciona bien en este contexto. En cambio, me parece que su sencillez limita su expresividad en más de un momento -sobre todo en el caso del protagonista-, y que el aspecto bebe claramente de la ilustración moderna, así que se echa de menos algo más de personalidad, personalidad que sí advierto en el resto de elementos visuales.