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Kôtarô Tamura. Categoría: Película. |
Josee, el tigre y los peces adapta un manga de Seiko Tanabe protagonizado por un responsable universitario que compagina sus estudios con varios trabajos y por una adolescente con especial sensibilidad artística que no puede caminar. Los dos personajes se cruzan en el primer acto por un incidente con la silla de ruedas y, aunque al principio no parecen llevarse nada bien, cualquier espectador sabe que estarán mutuamente enamorados antes de que termine el film.
La cuestión no es saber cómo evolucionará su relación -y, de todos modos, el tercer acto es un tanto imprevisible-, sino la forma en que esta es mostrada. Sayaka Kuwamura, el guionista, abusa un poco del melodrama, de la intensidad emocional adolescente y de la sucesión de peripecias más o menos improbables. Aun así, hace un buen trabajo al mantener creíble la inusual relación de los protagonistas y al emplear con inteligencia el resto de personajes. También Kôtarô Tamura desarrolla muy bien el pulso dramático de la narración a pesar de ser su debut en el largometraje.
Prácticamente todo lo que vemos hubiera podido ser filmado con actores de carne y hueso sin cambiar apenas nada. De hecho, posiblemente el guion fuese realizado en animación porque Japón es el único país del mundo en el que una película animada tiene más posibilidades comerciales. Sin embargo, eso no impide que la parte estética sea su mayor aliciente. La animación es de gran calidad, como de costumbre en los más experimentados estudios japoneses; y el aspecto de todo, personajes y fondos, es muy estimable. Es más, las ilustraciones que en la ficción realiza la adolescente Josee son una preciosidad: el fragmento con su libro artesanal es particularmente memorable.
El film gustará especialmente a quienes estén acostumbrados a los excesivos melodramas adolescentes que Japón factura regularmente y tiene pocas posibilidades de atraer a espectadores más allá de ese nicho, pero los amantes de la animación independiente seguramente sí disfruten con la parte visual sin que el componente dramático les eche para atrás.
