Vernon Chatman. Categoría: Serie. |
The Shivering Truth fue una de las más gratas sorpresas del 2018 y lo mejor que se puede afirmar de esta segunda temporada es que no decepciona nada: es tan interesante como su predecesora.
Los seis episodios conforman otra maravilla de animación para adultos en stop motion que logra no parecerse a ninguna otra propuesta de ese ámbito. Ni de ese ni de ningún otro, porque la creación de Vernon Chatman destacada, sobre todo, por su personalidad. Él y Cat Solen son los directores y vuelven a lograr una asombrosa mezcla de humor negro, surrealismo e imágenes perturbadoras.
Mantiene la estructura de la primera temporada, de modo que dos o tres historias aparentemente independientes son enlazadas de la manera más ingeniosa y/o extravagante posible en un conjunto que posee algún denominador común, por inesperado que sea.
También repite el esquema que parte de alguna ocurrencia o anécdota para ir explorando todas sus posibilidades creativas. Por ejemplo, la visita de un solitario soltero a una tienda de muñecas sexuales acaba con este llevándose a casa una réplica de su madre con la que convive hasta su muerte. Ella habla como si fuera una muñeca hinchable, pero le da consejos maternos y le cuida como si fuera su verdadero hijo.
En fin, la lista de ideas brillantes incluye una religión que concede todo lo que se desea, un romance entre un bombero y la víctima de un accidente de coche que se niega a salir del vehículo accidentado, un nuevo tipo de carne descubierta azarosamente por un mago o una máquina que identifica los sentimientos humanos. Ideas que, leídas, no acaban de reflejar debidamente los retorcidos, absurdos e imprevisibles caminos que toma The Shivering Truth en un mismo capítulo.
Y por supuesto, la parte visual es tan asombrosa como de costumbre, así que nos reencontramos con personajes que tienden a la fealdad o que resultan un tanto inquietantes, como si fueran las versiones esperpénticas de los que habitan Anomalisa (2015), la obra maestra imaginada por Charlie Kaufman.