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Sam Liu. Categoría: Película. |
Batman: Alma de Dragón es la cuadragésima película de la serie DC Universe Animated Original Movies, la iniciada en el 2007 con La muerte de Superman (2007). Como de costumbre en la saga, la dirige Sam Liu y cuenta como productor ejecutivo con Bruce Timm: el cocreador de la estupenda Batman: la serie animada (1992) y de la esencial adaptación cinematográfica de la serie, Batman: La máscara del fantasma (1993).
Al ser un film individual, no forma parte del DC Animated Movie Universe, pero comparte con ese universo animado que no se trata de una producción apta para público infantil. No hay apenas contenido sexual -apenas una breve intervención de una prostituta al inicio que aparece semi desnuda-, pero sí una generosa dosis de violencia mostrada explícitamente. Por lo demás, no hay nada particularmente enfocado para adultos y la trama es bastante sencilla.
A diferencia de otras entregas de la saga, Batman: Alma de Dragón es una historia original. Me refiero a que no está basada en uno de los cómics de superhéroes de DC Comics, porque de original tiene más bien poco. De hecho, es el tipo de obra que siempre se ha llamado ‘cine de género’: parece que el guion procura subrayar justamente aquellos elementos que la emparentan con un género determinado, en este caso el cine de acción de artes marciales de los 70. Es como si sacrificara cualquier atisbo de singularidad con tal de satisfacer al público al que va dirigida.
Solo en los primeros minutos tenemos una secuencia de espías a lo James Bond que acumula un cliché tras otro, no falta un ‘sensei’ que enlaza una frase sabia tras otra y que parece un estereotipo andante, también tenemos ese tipo de personaje tan habitual que se pasa toda la trama con un rictus serio y en más de una ocasión dos personajes amigos se lanzan un objeto punzante porque saben de sobra que el otro se volverá de improviso y lo interceptará. Todo muy realista, como ves.
Y por supuesto, hay muchas peleas de artes marciales, incluyendo varias con cuchillos y espadas. De nuevo, son escenas que hemos visto miles de veces en producciones de esta índole, pero parece que de eso se trata y que aquí la gracia es ver a Bruce Wayne pelar. Todo sea dicho, el caballero oscuro solo aparece en su guisa de superhéroe poco más de quince minutos, así que al menos el film cumple con la promesa de explorar su vida antes de su etapa más conocida.
En cuanto a la animación, es un estándar televisivo, cuidada pero de bajo presupuesto, de modo que no hay ningún alarde. Casi toda la acción transcurre en los mismos lugares para ahorrar en fondos y son numerosos los pasajes con animación limitada: ocurre con frecuencia que los personajes que no hablan permanezcan estáticos.
Para quien disfrute con las artes marciales y para quien siga la filmografía animada de Batman seguramente sea satisfactorio. A los demás es poco probable que les entusiasme.
