Lágrimas de dragón es una obra dirigida por dos estudiantes de U-Tad y se nota que está realizada con el mimo y atención al detalle que se espera de quienes crean una obra por una mezcla de amor al arte y afán de aprendizaje, no por razones comerciales. La cuidada animación está muy conseguida y posee ese encantador toque artesanal que se suele ver en las piezas no industriales: en numerosas escenas se puede apreciar el trazo y hasta figura un fragmento, casi en blanco y negro, de bienvenido enfoque experimental. En general, es una animación expresiva y bella, de modo que la parte visual es el gran atractivo del corto.
Finalmente, es interesante comprobar la influencia de los motivos e historias orientales en la generación nacida en el cambio de milenio, de modo que propuestas como esta son cada vez más habituales entre estudiantes de occidente.