Pierre Földes. Categoría: Película. |
En el 2006, Haruki Murakami, prestigioso escritor japonés, presentó un libro de relatos que en España se publicó como Sauce ciego, mujer dormida. Es ese recopilatorio el que Pierre Földes toma de partida para esta fascinante película que adapta con éxito los relatos al lenguaje del cine y, más precisamente, de la animación.
Es esta una de esas propuestas en las que buena parte del interés deriva de los diálogos, lógico dada su naturaleza de adaptación de una fuente literaria; y en las que lo de menos es aquello que se cuenta, puesto que lo esencial es cómo se cuenta. De hecho, si uno lee la sinopsis oficial -“un gato perdido, una gigante rana parlanchina y un tsunami ayudan a un empleado de banco sin ambición, a su frustrada mujer y a un contable esquizofrénico a salvar Tokio de un terremoto y a dar sentido a sus vidas”- seguirá sin tener apenas idea de qué le espera durante la hora y media de metraje. Si la premisa es extravagante, aun lo es más lo que Pierre Földes y el resto del equipo nos tienen preparados.
Saules aveugles, femme endormie, sin embargo, no limita su encanto a las frases pronunciadas por sus personajes ni al peculiar desarrollo de su trama. Földes tuvo la inteligencia de mantener buena parte de los hallazgos de Murakami, pero que la adaptación resulte tan estimulante se debe, sobre todo, a su inspirada narración, a su manera de entrelazar tres líneas argumentales relativamente independientes sin que nunca se resienta el ritmo. También, a las sugerentes imágenes con las que las ilustra.
Es ahí donde entra el uso de la animación, que para empezar opta por una poco cultivada estética realista que incluso recurre a la rotoscopia para que el movimiento de los personajes sea aun más natural. Ese realismo, hiperrealismo casi en algunos pasajes, es lo que favorece una extraordinaria expresividad de los rostros cercana a la que logran los mejores actores de carne y hueso.
Asimismo, en ese contexto se instala el surrealismo de Murakami -y de Földes– gracias a los elementos fantásticos que la animación permite integrar con éxito, cuestión que apoya esa sensación de realismo mágico que recorre el filme. Finalmente, decisiones acertadas como que la mayor parte de personajes no centrales sean convertidos en presencias fantasmagóricas contribuyen a dotar a la parte visual de un raro magnetismo.