2022: Chip y Chop: Los guardianes rescatadores (Chip ‘n Dale: Rescue Rangers)

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Chip y Chop: Los guardianes rescatadores (Chip 'n Dale: Rescue Rangers)amazon Disney+

Akiva Schaffer.
CHIP Y CHOP: LOS GUARDIANES RESCATADORES.
7/10

Categoría: Película.
Guion: Dan Gregor, Doug Mand.
Año: 2022.
País: Estados Unidos.
Género: Comedia, Acción, Ciencia Ficción.
Técnica: Mixta, 3D.
Estudio: Walt Disney Pictures, Moving Picture Company, Mercury Filmworks, Passion Animation Studios.
Idioma: Inglés.
Característica: Parodia, Sátira, Humor Absurdo / Disparatado, Cine.
Duración: 1h 37min.
Clasificación por edades: NR-7.
Streaming: Disney+.

Dejemos claro desde el inicio una cuestión: que transcurra en el universo de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (1988) es solo una cuestión promocional. El trailer se encargó de mostrar a Roger Rabbit bailando con Chip y Chop, pero ahí acaban los parecidos. Desde un punto de vista estético, tonal y, sobre todo, narrativo, se queda muy lejos de la obra maestra dirigida por Robert Zemeckis.

Por lo pronto, a pesar de los 34 años de mejoras tecnológicas, la mezcla de personajes animados y actores de carne y hueso resulta aquí bastante menos asombrosa o, al menos, no produce la misma ilusión de que unos y otros compartan realmente las mismas calles. Eso se debe, en parte, a cuestiones presupuestarias, pero sobre todo a una menor ambición artística. Esto nos lleva directamente a la segunda diferencia clara: aquí la animación está a años luz de la que dirigió el gran Richard Williams para el clásico de los 80. La que nos ocupa está enteramente realizada en 3D, incluso para los personajes con aspecto de 2D, y el resultado es igual de poco convincente que en Tom y Jerry (2021), donde también se optó por esa solución para combinar actores y animación.

La principal limitación, no obstante, está en la narración. Me refiero al guion, que no va mucho más allá de enlazar parodias y chistes que rompen con la cuarta pared -varios de ellos ingeniosos, lo concedo- y, sobre todo, a la dirección de Akiva Schaffer. La factura está más próxima de lo que es -una película estrenada directamente en un servicio de streaming- que de un espectáculo pensado para ser apreciado en pantalla grande. No hablo tanto de que sea más o menos vistoso en las escenas de acción, sino de que su lenguaje audiovisual es muy limitado, con un estándar de serie televisiva.

Chip y Chop: Los guardianes rescatadores posee, no obstante, sus virtudes. Una de las más bienvenidas para quienes disfrutamos de la animación es que al universo se incorporan los personajes de stop motion -animados en 3D, eso sí-. Incluso las marionetas conviven con humanos, así que los ‘dibus’ ya no son las únicas criaturas fantásticas. Además, funciona muy bien como sátira de un Hollywood obsesionado con los ‘reboots’, los ‘remakes’, los ‘spin-offs’ y los ‘crossovers’, a pesar de que hay cierto cinismo en criticar tal cosa en una película que ahonda en esa misma deriva del séptimo arte. Incluso justo antes de los créditos finales se mofan de las versiones pop de sintonías clásicas para acto seguido dejarnos justo con eso: esa decisión resume uno de sus principales problemas, que se parezca mucho a aquello que parece rechazar.

Por otra parte, aprecio cierta valentía en un planteamiento que posiblemente gustará más a adultos que al público infantil habitualmente asociado con Disney o con la serie original. Que no esté recomendada para menos de 9 años es sintomático. También lógico en vista de que buena parte de los chistes están pensados para público adulto o incluyen dobles sentidos que solo estos últimos entenderán. Caray, si hasta hay guiños a referentes de la animación para adultos al incluir personajes de South Park, Beavis y Butt-Head, Rick y Morty… En ese sentido, es una bienvenida variación que el villano sea un personaje clásico de Disney, y no forma parte de su galería de villanos, sino de la de héroes.

Dicho esto, que los guionistas se esfuercen constantemente en ir más allá del universo de Chip y Chop: Los guardianes rescatadores (1989) y convertirlo en una celebración de la animación en general evidencia las limitaciones del punto de partida. Por mucho que sea una serie con encanto, nostalgia aparte, se presta mal a una reinterpretación de esta escala, de ahí que en cada escena haya constantes referencias a otras propiedades intelectuales -muchas veces en forma de carteles en segundo plano, al estilo de BoJack Horseman o Los Simpson– o cameos de personajes más conocidos. Tengo la sensación de que el trabajo más meritorio del filme es el del equipo de abogados al conseguir convencer a tantos propietarios de derechos para que cedan su uso.

Reseña Panorama
Puntación
7
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