Pilar Garcia-Fernandezsesma. Categoría: Cortometraje. |
Pilar Garcia-Fernandezsesma impresionó con su trabajo de graduación en la Rhode Island School of Design, Ciervo (2020), obra que, entre otros muchos reconocimientos, se llevó un Student Academy Award de la Academia de cine estadounidense que lo clasificó para los Oscar en la categoría de Mejor cortometraje de animación.
Colony, su siguiente trabajo como directora, es igual de fascinante y quizá aun más ambicioso, de modo que confirma a su creadora como una de las más interesantes de su generación. Quizá sea un tanto precipitado, o hasta temerario, hablar de su estilo habiendo visto solo dos de sus cortos, pero como creo que la personalidad es, junto al talento, la posesión más valiosa de una cineasta, las que siguen son algunas de mis primeras impresiones al advertir coincidencias entre el que nos ocupa y Ciervo.
Por lo pronto, otra vez propone una estética particularmente expresiva en la que abundan las imágenes memorables y de gran fuerza. Un apartado visual en el que destacan su personal manera de dibujar y su no menos particular manera de emplear los colores. La pequeña novedad que introduce son esos pasajes que parecen realizados con lápices de colores sobre papel -o que imitan ese tipo de dibujo-, habitualmente para planos generales. Ignoro por qué los empleó, pero añaden una bienvenida riqueza en el plano estético.
Sin embargo, como ocurría con la anterior, aquello que hace de Colony una obra tan poderosa es su creativo empleo del lenguaje audiovisual. Me refiero a la elección de planos y, sobre todo, a los continuos paralelismos que se establecen entre el embarazo de la mujer protagonista y su condición de entomóloga, cuestión que Pilar Garcia-Fernandezsesma aprovecha para proponer escenas aparentemente anodinas, o que transcurren en el ámbito de una inofensiva cotidianeidad, pero a las que impregna de una creciente sensación de inquietud, incluso de desasosiego en algunos casos. Que además recurra de nuevo a las hormigas es curioso.
A eso se suma su igualmente inteligente uso del sonido y, especialmente, de la música, gracias a una trío de flauta -que ella misma interpreta-, batería y violín que interpreta una pieza de vanguardia: esa banda sonora contribuye enormemente a enfatizar la impresión de paranoia o alucinación que experimenta el personaje central -y con ella nosotros, los espectadores-.