2021: Inu-oh

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Inu-ohamazon

Masaaki Yuasa.
INU-OH.
9,5/10

Categoría: Película.
Guion: Akiko Nogi.
Año: 2021.
País: Japón.
Género: Fantasía, Drama, Musical.
Técnica: 2D, Anime.
Estudio: Science Saru, Aniplex; Graphinica (apoyo).
Idioma: Japonés.
Característica: Música, Espíritus, Aventurado, Experimental, Medieval, Amistad, Biografía.
Duración: 1h 38min.
Clasificación por edades: NR-12.

Vuelta a la animación experimental de un cineasta que se dio a conocer, con Mind Game (2004), precisamente por su renuncia a sumarse a la vertiente más comercial y estandarizada del anime. Cuando fundó Science Saru, sus dos primeros largometrajes, Night Is Short, Walk On Girl (2017) y Lu Over the Wall (2017), confirmaron su fuerte personalidad, y lo mismo se puede afirmar de varias de las series que dirigió después, como la exitosa Devilman Crybaby (2018) o la no tan conocida pero estupenda Keep Your Hands Off Eizouken! (2020). En cambio, quizá por razones comerciales -un estudio necesita de cuentas saneadas-, quizá porque le apetecía explorar otros territorios estéticos y narrativos, en el largometraje El amor está en el agua (2019) y en su segunda colaboración con Netlix, la serie El hundimiento de Japón 2020 (2020), optó por planteamientos mucho más accesibles de lo habitual en su filmografía.

Inu-oh es un reencuentro con su faceta más aventurada en todos los sentidos. En parte por el tema elegido -la amistad entre un artista de teatro sarugaku noh, muy popular en el Japón del siglo XIX, y un intérprete de Biwa-, sobre todo por cómo lo aborda. Desde el inicio impresiona por sus constantes hallazgos para ahorrar tiempo de animación -representa las batallas como si fueran esquemas-; por sus buenas ideas -la manera de ilustrar cómo percibe el mundo el protagonista ciego-; por el inspirado diseño de personajes -con mención especial para el que da título al filme-; y, en general, por los constantes estímulos visuales, con una estética de enorme riqueza.

Narrativamente, la obra es igualmente osada. Es un placer asistir a una forma tan libre de emplear el lenguaje audiovisual, como si el principal propósito de Masaaki Yuasa fuera permitirse cualquier capricho creativo y, al mismo tiempo, huir de las películas biográficas convencionales.

Cuando presentó el proyecto en el Festival de Annecy 2020, el director explicó que los artistas a los que dedica la obra eran, en aquella época, como las estrellas del rock actuales. He ahí una de las claves para entender el acercamiento al material: para que entendamos mejor el furor que causaban, se comportan como eso mismo, como estrellas de rock contemporáneas. Inu-oh incluso es retratado como una suerte de David Bowie del medievo japonés. También la música abandona de pronto la reconstrucción del folclore de ese periodo para adentrarse sin complejos en el rock moderno, cosa que, de paso, crea una de las más interesantes bandas sonoras jamás realizadas para un film de animación.

No es un largometraje redondo, creo que tiene ciertos problemas de ritmo en la segunda mitad y hay números musicales que le resultarán largos a espectadores acostumbrados a musicales menos innovadores, pero es tal la creatividad desplegada y su voluntad de salirse de cualquier molde que solo por eso ya es una muy recomendable experiencia.

Reseña Panorama
Puntación
10
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