Ivan Ivanov-Vano y Aleksandra Snezhko-Blotskaya. Categoría: Película. |
El caballo mágico estuvo considerado, durante décadas, el primer largometraje de animación soviético realizado con dibujos a mano. Ahora sabemos que es el segundo porque a principios del presente siglo se redescubrió uno anterior, Propavshaya gramota (1945) -la carta perdida-. Es también el tercer largometraje de la Unión Soviética, tras El nuevo Gulliver (1935), realizado con una mezcla de imagen real y stop motion, y el ya mencionado. En cualquier caso, sigue siendo una de las primeras muestras de la escuela de la animación soviética, que durante las siguientes décadas ofrecería varias obras esenciales.
La que nos ocupa, de hecho, es aún más interesantes que Propavshaya gramota y un buen ejemplo de la vertiente de Soyuzmultfilm que no se limitaba a imitar el estilo de Walt Disney Studios. Claro que está dirigida por Ivan Ivanov-Vano y Aleksandra Snezhko-Blotskaya, el dúo que firmó la obra maestra La doncella de nieve (1952). Aquí el diseño caricaturizado de algunos personajes y su vestuario, la estética y colorido de los fondos y el tono de la trama ya no son una versión rusa de las producciones de Walt Disney. Eso sí, donde más se aprecia la diferencia es en la música, pues las canciones, al beber del folclore ruso, nada tienen que ver con la tradición Disney.
Uno de los aspectos más llamativos de El caballo mágico es el estilizado y vanguardista diseño de varios personajes, como esos preciosos caballos, especialmente el primero que aparece, blanco y alado, con una crin dorada que parece fuego -y que recuerda a cómo estaba ilustrado este mismo animal en Propavshaya gramota, curiosamente-. También es una preciosidad la princesa, tan bella como las contemporáneas de Disney pero con un estilo claramente diverso, y la colección de fondos -los que muestran la naturaleza, la ciudad y la lujosa decoración del castillo del rey-.
La animación es también fluida y atractiva. No alcanza el estándar de Walt Disney Studios, pero está muy conseguida teniendo en cuenta la época y las imaginables limitaciones presupuestarias. El único elemento menos logrado es la narración, que en ocasiones es algo apresurada o no desarrolla escenas clave con la eficacia que sería deseable. De todos modos, solo por su estética y singularidad ya merece la pena darle una oportunidad a esta adaptación animada del relato de Pyotr P. Yershov.
Nota: de este film existe una versión de 1975, titulada esta vez El caballito jorobado -The Magic Pony en inglés, invariable en ruso-, realizada por Ivan Ivanov-Vano.