1954: Hansel y Gretel (Hansel and Gretel)

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Hansel and Gretelamazon

John Paul.
HANSEL AND GRETEL.
7/10

Categoría: Película.
Guion: Padraic Colum.
Año: 1954.
País: Estados Unidos.
Género: Musical, Fantasía, Aventura.
Técnica: Stop Motion.
Idioma: Inglés.
Característica: Infancia, Naturaleza.
Duración: 1h 12min.
Clasificación por edades: Todas las edades.

En 1941 llegó a los cines Saltarín va a la ciudad (1941), la segunda película dirigida por Dave Fleischer para Fleischer Studios. A diferencia de la primera, Los viajes de Gulliver (1939), fue un fracaso comercial. Tan mal le fue en la taquilla que Paramount, su distribuidora, no volvió a probar suerte con un film animado hasta Las aventuras de Wilbur y Carlota (1973). Eso ocurrió justo un año después de que el segundo y tercer largometraje de Disney, Pinocho (1940) y Fantasía (1940) generaran pérdidas inicialmente -solo se convirtieron en éxitos tras múltiples reestrenos a lo largo de varias décadas-.

Si a eso sumamos que parte de los animadores tuvieron que enrolarse en el ejército para combatir en la Segunda Guerra Mundial y que los lucrativos mercados europeos no estaban disponibles por ese mismo motivo, no era el mejor momento para ponerse a producir largometrajes de animación. Eso provocó que Walter Lantz Productions (creador de el Pájaro Loco), Terrytoons (especialmente conocido por El Super Ratón) y Leon Schlesinger Productions (predecesor de Warner Bros. Cartoons) abandonaran sus proyectos de films animados para seguir centrados en el menos arriesgado negocio del cortometraje. Incluso Disney se pasó casi una década estrenando películas recopilatorias hasta que ahorró lo suficiente para producir La cenicienta (1950).

Eso explica que, tras el fiasco de Saltarín va a la ciudad -que por lo demás es una muy estimable película-, el siguiente largometraje animado estadounidense no producido por Disney fuese Hansel and Gretel, más de una década después. Quien se atrevió fue el productor Michael Myerberg, que montó el set de rodaje en sus estudios de la Segunda Avenida, en Greenwich Village. Fue la primera vez que un film animado se realizaba en Nueva York y el primero estadounidense en optar por el stop motion.

Los muñecos, denominados kinemins, los esculpió en arcilla James Summers, mientras el molde lo realizó George Butler en espuma de látex. Su dimensión era aproximadamente un tercio de la de un humano, así que los decorados eran enormes -hubo que utilizar trampillas en los suelos de los sets para que los animadores pudieran manipular los muñecos-. La construcción de cada uno costaba 2.500 Dólares.

Según leemos en el blog del estudio Michael Sporn Animation, “se contrató a no animadores para animar los muñecos. Algunos eran maestros marionetistas (Don Sahlin, por ejemplo, había diseño y fabricado todas las marionetas de Howdy Doody; Kermit Love hizo luego trabajos maestros con Jim Henson). El cámara era el extraordinario cámara fija Martin Munkasci. Por supuesto, todos tuvieron que aprender animación sobre la marcha”.

Entre los comentarios de tan interesante artículo, el escultor David Robert Cellitti escribió: “el film fue rodado en orden. Como el dinero empezó a agotársele a Myerberg y la fecha de estreno se avecinaba, el énfasis se puso en terminar el film a tiempo. Eso explica la fluida animación en la primera parte y los movimientos erráticos y sucios de los personajes en el final. Además, los niños encantados y los ángeles de la secuencia del sueño tienen los rostros de Hansel y Gretel. No había dinero para hacer diseños originales para esos muñecos así que simplemente reutilizaron los ya realizados”.

Hansel and Gretel se estrenó el 10 de Octubre de 1954, en Nueva York. Sin distribuidora, eso sí. Michael Myerberg se encargó de la distribución y consiguió que la cadena CBS cubriera el estreno, uno de cuyos reclamos era el torso del muñeco de Rosina Rubylips, el personaje de la bruja. Le salió bien la jugada pues, gracias a la recaudación de esas primeras sesiones, RKO Radio Pictures adquirió la cinta justo a tiempo para el periodo navideño.

Ahora bien, para relativizar ese logro, es preciso saber que RKO Radio Pictures acababa de perder su contrato de distribución con Disney -pues había fundado su propia distribuidora, Buena Vista-, exitoso acuerdo que le había permitido distribuir todas sus películas, desde Blancanieves y los siete enanitos (1937) hasta Peter Pan (1953). Dado lo bien que le había ido con la compañía de Walt Disney, es comprensible que tratara de mantenerse en el negocio de la animación.

Según Jerry Beck, autor del libro The Animated Movie Guide (Cappella Books, 2005), “RKO puso todo su músculo promocional al servicio de Hansel and Gretel como si fuera un nuevo film de Disney, con mercadotecnia equivalente a las franquicias actuales de DreamWorks Animation o Pixar (…) Fue un ambicioso intento de retar a Disney en el ámbito de los largometrajes, mucho antes de que nadie pensara que podía hacerse”. De hecho, se calcula que los acuerdos de mercadotecnia, que incluyeron caramelos, ropa y juguetes, ascendían a 10 millones de Dólares. Si se ajusta con la inflación, equivale a una superproducción contemporánea, como bien señala Beck.

No tengo datos de taquilla, pero debió de obtener suficiente popularidad como para que New Trends Associates la reestrenada en 1965 y Metro-Goldwyn-Mayer en 1973. También se emitió regularmente en televisión en época navideña, cosa que permitió que el director de orquesta Franz Allers fuese nominado en los Grammy de 1959 en la categoría de Mejor grabación para niños -elección discutible pues no hay nada infantil en la banda sonora, no más que una ópera de Verdi o de Rossini-. Además, ha conocido ediciones en VHS, CED y DVD: esta última comercializada con el título de Hansel and Gretel: An Opera Fantasy con el que es conocida habitualmente.

La película, desde un punto de vista artístico, tiene ya pocas posibilidades de entusiasmar a un espectador que no sea un amante del stop motion o un estudioso de la animación. Ha envejecido mal y se ve como una curiosa reliquia más que como una obra de entretenimiento. Quizá por la inexperiencia de sus no-animadores, quizá por los problemas presupuestarios y de tiempo antes apuntados, la animación de los muñecos es menos sofisticada que las producciones contemporáneas de Jiří Trnka o Wladyslaw Starewicz. También ocurre que el diseño de los personajes está en la delgada frontera que separa lo adorable de lo inquietante – algunos primeros planos no desentonarían en la más inquietante vertiente de Henry Selick, solo que sin su macabro atractivo-.

También hay una secuencia onírica de lo más llamativa con ángeles que descienden del cielo. No encaja muy bien en la trama, pero la puesta en escena es fascinante y desconcertante a partes iguales. Parece una producción europea de arte y ensayo encajada en un film para niños. En fin, fue la primera vez que John Paul dirigía una película de animación, y para ser un debutante lo hizo bastante bien, pero es comprensible que fuese la última vez.

La otra particularidad de Hansel and Gretel es que fue el segundo largometraje animado en adaptar una ópera, tras La doncella de nieve (1952), la obra maestra dirigida por Ivan Ivanov-Vano y Aleksandra Snezhko-Blotskaya para Soyuzmultfilm. En este caso, se trata de una versión de ‘Hänsel und Gretel’, compuesta por Engelbert Humperdinck y estrenada en 1893. Musicalmente, el resultado es igualmente interesante y la ambición es muy loable. Narrativamente, no funciona tan bien. Aunque el guion incluye diálogos hablados escritos para la ocasión, los largos pasajes cantados dilatan a menudo escenas que narrativamente no tienen mucho que ofrecer o cuya estética no es particularmente estimulante. Al menos la banda sonora es excelente.

Reseña Panorama
Puntuación
7
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