Adrià García. Categoría: Película. |
Es esta una película con buenas intenciones por la que es fácil sentir simpatía, al menos en su parte inicial. Pienso en su manera de emplear elementos del cuento clásico, como el amenazante lobo que vive en el bosque y los niños que temen su llegada. También en la naturalidad con la que aborda la muerte de un modo que el público infantil puede entender bien sin que por eso se trate de un drama que les entristezca particularmente -no más que la muerte de la madre en Bambi (1942), por ejemplo-. Y por supuesto, también nos parece estupendo que recurra a la animación en varios pasajes.
El problema es que la ejecución de Mi familia y el lobo es poco satisfactoria y lo que podía funcionar sobre el papel pierde buena parte de su encanto por una poco brillante realización. Es posible que Adrià García, a quien apreciamos por haber dirigido la preciosa Nocturna (2007), pagase su inexperiencia como director más allá del ámbito de la animación, pero son varias las escenas que podrían tener su gracia, o resultar emotivas, pero que no logran ni una cosa ni la otra por su fallida narración.
Tampoco es que el guion estuviese del todo conseguido -hay pasajes de escaso interés, el personaje de la abuela apenas si pasa tiempo con el resto, hay momentos clave que no están apenas desarrollados…- y no ayuda nada que la dirección de fotografía sea tan floja, de modo que estéticamente no es un film atractivo. Incluso hay escenas nocturnas que yo diría que están rodadas con noche americana, simplemente aplicando un filtro azul: si hay una intención artística en esa elección, no sé apreciarla. Por otra parte, el trabajo de los actores es muy desigual: es una gozada ver a Carmen Maura, como de costumbre, y los niños no lo hacen mal, pero a los intérpretes adultos masculinos no hay forma de creérselos.
En cuanto a la animación, es estimable aunque se ve lastrada por un presupuesto que se intuye escaso. Aún así, el diseño del lobo es un acierto y la escena de su primera aparición, realizada en animación tradicional, es estupenda. Lástima que luego vemos al lobo representado en fotorrealista 3D y que las dos versiones del animal no casan bien.