Si existiera un premio revelación de la industria de la animación para el 2020, María Pareja estaría nominada. En el 2018 entró a trabajar en el estudio Cartoon Saloon y dos años después figura como directora de arte, junto a Tomm Moore y Ross Stewart, en los créditos de la que posiblemente sea la película más importante del año: Wolfwalkers.
Esta es la entrevista en la que la talentosa artista nos habla de por qué decidió estudiar animación, su paso por U-tad, sus inicios en Cartoon Saloon y las muchas tareas que realizó en Wolfwalkers, entre otros muchos asuntos.
Vamos a ir en orden cronológico, así que lo primero que me gustaría saber es qué animación recuerdas ver de pequeña o que te gustase particularmente.
Las películas que más veía de pequeña y que viéndolas ahora me siguen encantando visualmente son La bella durmiente, Peter Pan, Robin Hood o Merlín el encantador. Por aquel entonces, básicamente toda la animación que veía era Disney.
¿Cuándo empezaste a darte cuenta de que querías estudiar animación? Y, sobre todo, ¿por qué quisiste estudiar animación?
Realmente empecé estudiando Ingeniería en Telecomunicaciones, pero después de tres años de fracasos, decidí dejarlo. Mi siguiente opción era arquitectura o diseño. Fue mi madre quien me convenció por así decirlo de estudiar animación. Me decía que mis dibujos contaban historias muy cómicas y que además me gusta la música y los videoclips, que tal vez la animación sería un buen medio para mí. Y como yo no tenía claro que quería hacer, yo solo quería pintar mis personajes pues empezamos a investigar (porque yo no tenía ni idea del mundo de la animación como una carrera a seguir) y dimos con la U-tad que pareció la mejor opción en el momento por estar tan cerca y porque por aquel entonces tampoco había muchas escuelas de animación que te diesen un título (que era muy importante para mis padres).
En ese momento, cuando decidiste matricularte en U-tad, ¿a qué querías dedicarte profesionalmente? Es decir, había algún ámbito de la industria de la animación que te atrajese especialmente?
Cuando empecé en la U-tad mi idea era ser diseñadora de personajes. Sobre todo porque era lo que yo pintaba. Nunca pintaba un fondo, el modelado no era mi pasión.. Yo lo que quería era dibujar. Pero durante toda la carrera, después de tocar varias ramas, me di cuenta de que para empezar me gustaba más la animación 2D que la 3D, y luego que me gustaba hacer de todo desgraciadamente/o afortunadamente según se mire jaja. Me gustaban personajes, fondos, story… Así que me puse a machacar esas tres cosas en mi tiempo libre todo lo que pude porque realmente tampoco teníamos muchas asignaturas de estas cosas. El grado estaba muy enfocado al 3D.
¿Qué es lo más valioso y/o útil que te ha aportado estudiar en U-tad?
Para mí ha sido muy útil aprender un poco de todo. Sobre todo a la hora de tratar con diferentes departamentos y saber un poco que se necesita en cada uno. Pero también muy buenos consejos y profesores que me ayudaron en las asignaturas que más me gustaban, y que me hicieron mejorar como artista a una velocidad increíble. Sobre todo el primer y el último año.
¿Qué echaste de menos de esa formación académica?
Del grado de animación eché de menos más clases de color y pintura, aunque tal vez eso se espere más de una carrera como bellas artes. Yo lo eché en falta, que me enseñaran más técnica de cómo pintar y no tanto 3D pero bueno. Ahora creo que han dividido el grado en 2D y en 3D y veo que los alumnos de 2D pintan maravillas, ¡me da mucha envidia! jaja. Pero bueno al final es lo que tú quieras hacer, cogerlo y echarle horas en casa.
Mientras estudiabas hiciste unas prácticas de seis meses en el estudio que por entonces aún se llamaba Ilion Animation Studio, en el departamento de storyboard. ¿En qué proyecto estuviste trabajando?
Prefiero no decir el nombre porque no sé ni si quiera si se llama igual o si se puede decir, puesto que aún no ha salido. Pero vamos en las prácticas lo que realmente aprendí sobre todo es a cómo recibir una crítica, a ver cómo tu trabajo está en constante cambio. A no tomarme mal que me hagan repetir algo 20 veces.
En U-tad dirigiste el muy interesante corto Leroy. ¿Cuál era la consigna para crearlo y para qué asignatura era?
El corto Leroy es de los proyectos más bonitos que he hecho y de los que estoy más orgullosa. Era una actividad/examen final para la asignatura de Motion graphics. La tarea inicial era hacer un pequeño video de lyrics para una canción con las herramientas que habíamos aprendido en After Effects durante el curso. Y yo veía escuelas como Gobelins con sus alumnos sacando un corto por año casi, dije, yo voy a hacer un corto, porque quiero tener algo que poner en mi portfolio cuando termine la carrera. Por supuesto tenía que incorporar los requisitos del examen. Pero a mí me sirvio para practicar además un poco mi animación 2D, fondos, color. Fueron 2 meses sin dormir pero estoy muy orgullosa del resultado.
¿Has vuelto a dirigir algún corto desde entonces? ¿Te has planteado retomar la dirección?
La pregunta del millón. Si te enseñase mis carpetas en el ordenador… Tengo ahora mismo como… 5 cortos empezados, en distintas fases. El problema es que soy muy impulsiva, y aunque organizada, no sigo el pipeline normal de una producción cuando hago mis propios proyectos. A veces hago concepts, a veces no hago nada y hago directamente una imagen final y de ahí desarrollo. Muchas veces no hago ni storyboard, ni colorscript ni nada. Voy directa a lo que me sale del alma, así tal cual. Pero claro así pasa, que luego los voy dejando y voy cambiando a otro, luego retomo. Al final no termino nada. También porque ahora estoy trabajando a tiempo completo en el estudio, cuando termino el día tengo muy pocas energías para seguir creando. Pero sí, me encantaría dirigir más o hacer más cortos.
Nada más acabar tus estudios entraste a trabajar en uno de los estudios más importantes del mundo actualmente, Cartoon Saloon. ¿Qué crees que vieron en tu candidatura para querer contar contigo?
Creo que cuando envié la solicitud e hice mi test vieron que soy rápida y que me adapto rápido a cualquier estilo, que soy capaz de encontrar soluciones e implementar las notas de manera creativa. Pero sobre todo fue mucha suerte y buen ‘timing’. Justo necesitaban a alguien para pintar un estilo concreto, mi estilo ya de por sí era parecido y fue muy orgánico todo. No siempre es tan fácil. Fue un cúmulo de mágicas coincidencias y trabajo duro. Para mí, un sueño claro.
¿Cómo fue tu primer día? ¿Qué fue lo primero que te pidieron?
Ay, parece tan lejano ya pero lo recuerdo con tanto cariño. El primer día estaba super nerviosa, no solo por trabajar allí sino por el cambio en mi vida que supuso. Hablar otro idioma, cambiar de país, conocer a tanta gente tan talentosa. El primer dia básicamente me dijeron cual iba a ser mi mesa (me tocó al lado de la puerta debajo de un ventilador) Recuerdo que habia un post it con mi nombre en la pantalla. Yo estaba en una nube. Conocí a todo el equipo, a Tomm a Ross, que me parecieron entrañables y super agradables. Me dieron mi cuenta de correo, todas esas cosas. Luego me leí el script y vi la animática de la película Wolfwalkers. Y me eché a llorar ahí en medio de la sala, en bajito claro. Pero fue una emoción ver que estaba haciendo mi sueño realidad… Fui a comer con mi primera amiga en el estudio, Clara. Ese día dormí del tirón, fue agotador y maravilloso.
Entraste en Cartoon Saloon en plena fase de realización de Wolfwalkers, posiblemente el proyecto más ambicioso del estudio hasta ahora. ¿En qué consistió tu labor en el film? ¿Cuál ha sido tu mayor contribución?
Yo entré como ‘scene illustration’ justo al final de preproducción. Este departamento hacía sobre todo ilustraciones finales para definir el estilo. De pronto mis compañeros de departamento empezaron a pasar a otros departamentos como línea final o color BG, y de pronto me quedé sola haciendo scene illustrations. Me empecé a asustar de ver que yo no pasaba a otro departamento. Un dia Ross me dijo que Tomm y él apreciarian mucho que les ayudase a seguir desarrollando las localizaciones, a hacer guías de estilo, puesto que yo lo conocía bien de hacer las scene illustrations, para los otros departamentos. Así que así empecé como production designer. Y poco a poco empecé a estar en todas las reviews de los departamentos de fondos, y después en FX y en COMP. Al final he terminado haciendo diseño de localizaciones, fondos finales, notas y concepts para casi todos los departamentos (excepto animación, clean up e ink & paint), haciendo guías de estilo… La verdad es que soy muy afortunada, porque siempre me he sentido muy valorada, y tal vez es porque no me puedo callar cuando veo que algo falla y les pareció útil. jaja
¿Con qué estás especialmente satisfecha de la película?
Con todo. Me parece una película preciosa. Tanto de historia como visualmente. Si no hubiese sido parte de ella diría lo mismo. A nivel personal estoy muy contenta con la secuencia de la canción «Running with the wolves». Es con la que lloré el primer día que vi la animática, y es en la que me dejaron tomar más decisiones y ser como la «art director» de la secuencia. Además pude hacer algunos de los fondos, animar también un par de fondos. Es la parte más mágica de la película para mí. Pero vamos, que estoy orgullosa y agradecida de haber podido aprender tantísimo de los artistas y los supervisores que es que son un talento andante. Y estoy feliz de hacer una película con mensaje medioambiental y de lucha contra los estándares de la sociedad.
Fuiste una de las tres personas que presentaron Wolfwalkers en el vídeo creado para el Festival de Annecy 2020, así que es evidente que los responsables de tienen en muy buena estima y te consideran clave para el film. Además, en poco más de dos años has pasado de ser la nueva de la compañía a ejercer de directora de arte en el anuncio creado por el estudio para Greenpeace, There’s a monster in my kitchen (2020). Enhorabuena por esa asombrosa progresión y felicidades por tu labor en el anuncio. Y ahora sí va la pregunta: ¿cómo te has sentido con ese progresivo aumento de responsabilidad e importancia en el estudio?
Pues hombre, a veces no me lo podía creer. Pero siento que todo el esfuerzo y la pasión que pongo en mi trabajo tiene recompensa. Me encanta poder aportar ideas y ver que se me escucha. Y sobre todo me gustan los retos e intentar ser mejor artista cada día.
¿Qué labor te gustaría desempeñar en adelante?
La verdad es que me gusta lo que hago ahora, ser production designer me permite seguir pintando y mejorando en ello, que es lo que más me gusta. Me gustaría llegar a ser directora de arte en algun momento o supervisora de algún tipo, porque creo que se me da bien transmitir ideas y me gusta ayudar, pero siento que aun tengo que aprender muchísimo de color y de pintura antes de eso. Me gustaría que mis habilidades estuvieran equilibradas. Pero eso ya son tonterias mías. Realmente con poder seguir pintando soy feliz.
Puesto que imagino que te tuviste que trasladar a los alrededores del estudio, ¿qué tal es vivir en Irlanda?
Kilkenny es precioso. Yo siempre fui fan de este tipo de clima así nublado y verde. El pueblo es como sacado de un cuento. Es muy tranquilo y la gente aquí es super agradable. Hay mucha diversidad puesto que el estudio es buena parte de la población, sobre todo ahora que está creciendo tanto. Lo cual está bien, porque sigo conociendo a gente de muchos países, pero en este idílico lugar. Aunque echo de menos la comida de España jaja.
A pesar de trabajar en Cartoon Saloon has encontrado tiempo para ilustrar el libro El fantasmatrón y tu Instagram está repleto de interesantes ilustraciones. ¿Te gustaría seguir alternando esas dos facetas?
Sí, siempre me gusta hacer pequeños comics en mi tiempo libre y tengo varias ideas para libros infantiles que me gustaría ilustrar en algún momento, pero ahora mismo no tengo tiempo.
Buena parte de tu trabajo consiste justamente en eso, en ilustrar, en dibujar, en definitiva. ¿Qué sientes al dibujar? ¿Qué es lo que tanto te gusta del dibujo como para dedicarle buena parte de tu tiempo?
Es bonito. Me hace sentir realizada y valiosa. No sé. Es como una burbuja de cosas preciosas en las que te puedes perder y explorar y vivir aventuras. Cuando estoy inspirada y concentrada, se me van las horas, a veces me encuentro a mí misma riéndome de algo que estoy dibujando, imaginando toda la historia que tiene detrás. Creo que es lo más parecido que existe a la magia.