Ray Goossens. Categoría: Película. |
Astérix el galo es la primera película protagonizada por los irreductibles galos creados por René Goscinny y Albert Uderzo. Es también la más floja de la saga: se nota que fue creada con escaso presupuesto y rápidamente. Se ve que los productores no confiaban del todo en que la popularidad de los cómics llevara el público a las salas y no quisieron arriesgar mucho dinero. El público sí respondió, el film fue un éxito, así que inició una de las más lucrativas sagas de la historia del cine francés.
Georges Dargaud, el editor de los cómics de Astérix, se asoció con el estudio de animación belga Belvision, que por entonces ya había realizado la floja Pinocchio in Outer Space (1965), para que adaptara el álbum homónimo publicado en 1961. En una decisión casi impensable hoy en día, no informó a los autores, así que fue realizada sin su visto bueno. Goscinny y Uderzo solo la vieron en una proyección privada una vez terminada. Aunque autorizaron su estreno, no quedaron nada satisfechos con el resultado.
La película en cuestión les decepcionó tanto que ordenaron la destrucción de los dos siguientes proyectos de largometraje emprendidos por Belvision y exigieron participar en la siguiente adaptación, que fue Astérix y Cleopatra (1968). Pero como tampoco les gustó trabajar con el estudio belga Belvision, pues la distancia dificultaba su trabajo de supervisión, para el siguiente film crearon su propio estudio, Studios Idefix, cuyo primer fruto fue el clásico esencial Las doce pruebas de Astérix (1976). Así que, aunque fuese indirectamente, al menos la producción que nos ocupa tuvo una consecuencia positiva.
Más allá de iniciar tan destacada saga, la película es una fallida adaptación del cómic: no es de extrañar que a Goscinny y Uderzo les resultase decepcionante. La animación es muy pobre, limitada y con multitud de repeticiones para rellenar huecos y ahorrar gastos. Además, el tempo del film arruina buena parte de los gags visuales y la narración es muy desigual y rara vez convincente.
Si, pese a todo, Astérix el galo se ve con cierto agrado es porque ocurre lo mismo que con las primeras adaptaciones animadas de Mortadelo y Filemón, realizadas más o menos en las mismas fechas: el material de partida es tan ingenioso que ni siquiera una mala adaptación elimina por completo el ingenio de sus autores, ni el de Ibáñez, ni el de Goscinny ni el de Uderzo.
Eso sí, los primeros álbumes de Asterix tampoco son los mejores de la serie, no poseen la carga satírica de posteriores obras, así que, de todos modos, esta adaptación no es la ideal para apreciar el talento de los historietistas franceses.