2008: Gomorra

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Matteo Garrone.
GOMORRA.
8/10

Categoría: Película.
Guion: Maurizio Braucci, Ugo Chiti, Gianni Di Gregorio, Matteo Garrone, Massimo Gaudioso, Roberto Saviano.
Año: 2008.
País: Italia.
Género: Drama, Crimen.
Técnica: No Animada.
Estudio: Ricci (efectos especiales).
Idioma: Italiano, Napoletano, Mandarín, Francés.
Característica: Violencia, Pobreza, Comprometido.
Duración: 2h 17min.
Clasificación por edades: NR-18.

Antes de ver la película, ya había oído hablar del distinto tratamiento que se da al gánster en las películas “made in hollywood” y en esta. Todos hablaban de glamour al referirse a los especímenes del primer tipo de películas y de mugre, para referirse a los de esta última. La visión de los malvados, vestidos elegantemente, acompañados de hermosas mujeres rubias, de cantantes de fama, con el elegante cigarrillo en la comisura de los labios, con un vaso de whisky en la mano nos atrapaba, nos resultaba seductora, y los malvados, vistos así, parecían serlo menos. Todo estaba fuertemente codificado y lo enumerado, junto con la omnipresente idea de vida familiar de los sucesivos padrinos, era lo que esperábamos ver, además de la violencia y el crimen, en una película de gansters.

Pero esta película es diferente: es cierto que la maldad corre a sus anchas, que el crimen, la violencia, están igual de presentes en esta película que en las películas clásicas del género, pero todo resulta más crudo, desnudo, de una fealdad apabullante porque lo enumerado anteriormente no está. Todo es sórdido: los barrios bajos de los alrededores Nápoles, las casas, el sucio dinero, constantemente contado, los escondrijos y hasta la playa, solitaria, trasmite una fuerte sensación de repulsión. Sirve de ejemplo uno de los escenarios de la acción, esa especie de “corrala” laberíntica, esquelética, con unas escaleras que actúan a modo de vasos comunicantes entre la vida ordinaria, la de la gente que va al supermercado, que se casa – impactante la escena del cortejo nupcial, paralela a la del tráfico de drogas- y el mundo del hampa. En esta película el espectador no es seducido en ninguna secuencia, ve una abundante tipología de delitos sin aditamentos estéticos, la historia refleja, como el espejo sthendaliano, una realidad dura, sin concesiones.

Los personajes, en su mayoría, no nos resultan atractivos ni física, ni psicológicamente. Su aspecto es repulsivo en muchos casos: obesos, sudorosos, malcarados, mal vestidos, con las ropas arrugadas, con unas camisetas interiores ceñidas a unos cuerpos nada atrayentes. Un mundo casi exclusivamente masculino en el que las mujeres tienen un papel eminentemente pasivo.

La perversión de estos personajes, como garrapatas que clavan sus patas en una oveja, llega a muchas actividades de nuestra sociedad, no sólo, como sería de esperar, al mundo de la droga, sino a otros ámbitos, siempre que sean susceptibles de generar dinero a estas bandas. Conforme van alcanzando parcelas aparentemente más presentables, los personajes serán algo más refinados, ya no aparecerán luciendo la camiseta, guardarán más la apariencia, porque tienen que codearse con gentes perfectamente integradas en la sociedad.

Tal es el caso del personaje interpretado por Toni Servillo, que ya representó un papel similar en Las consecuencias del amor. Él es el protagonista de uno de los cinco episodios del filme, el que trata de la contaminación, tan de actualidad. En este episodio se muestran las abismales diferencias económicas entre el sur y el norte de Italia; en el norte, una industria de vanguardia; en el sur, los venenosos desechos de esa industria. Esta pobreza genera un medio, que, como en las novelas naturalistas de Zola, conduce a muchachos, casi niños, a tener como casi única aspiración y casi como única salida, la pertenencia a la camorra, al sistema, como la llaman los propios “capos”. La fascinación que el mundo de la delincuencia produce en los niños ya la trató Robert De Niro en su excelente filme Una historia del Bronx. Pero aquí ningún padre aparta a esos niños.

La obra se estructura en cinco episodios que giran alrededor de esa maquinaria poderosa, inteligente y aniquiladora puesta al servicio del mal: La camorra. Uno sale del cine estremecido por la fuerza de esta sobresaliente película.

Reseña Panorama
Puntuación
8
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