Carlos Saldanha, Mike Thurmeier. Categoría: Película. |
Como Ice Age: La edad de hielo (2006) tuvo mucho éxito, Blue Sky Studios decidió producir una tercera parte. Ninguna sorpresa: una de las máximas de Hollywood es que todo lo que funciona debe ser repetido y explotado tanto como sea posible. Lo discutible aquí es que, a pesar de variar los guionistas, la historia sea esencialmente la misma y hasta haya gags que, sin llegar a ser idénticos, sí son excesivamente parecidos.
Por lo pronto, el gag recurrente de Scrat, la ardilla prehistórica que persigue incansable una bellota, es otra vez igual y protagoniza una suerte de trama B. Sí, introducen los guionistas un giro romántico, pero eso no evita la sensación de ya visto. Algo similar ocurre con el argumento principal, la enésima historia en la que personajes que no se llevan del todo bien al principio -¡pero si ya llevan dos películas juntos!- acaban por valorarse y aceptar que se quieren a regañadientes. Por supuesto, no faltan en Ice Age 3: El origen de los dinosaurios diálogos del tipo ‘somos una familia’, ‘no puedo creer que diga esto pero te he echado de menos’… Lugares comunes constantemente.
Por otra parte, si la entrega inicial ya tenía un cierto parecido con En busca del valle encantado (1988), esta vez las similitudes son innegables y no favorecen precisamente a la película que nos ocupa. Aprecio algún detalle con gracia, como los pterodáctilosa a modo de aviones de guerra o el tocadiscos prehistórico, pero en general está más preocupada por repetir dinámicas ya conocidas que en experimentar lo más mínimo. Eso quiere decir que otra vez el humor prácticamente se limita a anacronismos y canciones de éxito. Un ejemplo: cuando los mamuts se deslizan por el cuerpo de un diplodocus, uno de ellos exclama ‘¡Yabba-dabba-doooo!’. Tremendamente ingenioso,
Dado el éxito, las andanzas prehistóricas de estos personajes tuvieron continuidad en Ice Age 4: La formación de los continentes (2012).