Phil Tippett. Categoría: Película. |
Mad God es de esas películas que, antes incluso de ser concluidas, están ya acompañadas de un aura casi legendaria. Eso se debe al prestigio de su director y guionista y, sobre todo, a que empezó a ser gestada treinta años antes de su estreno. Phil Tippett inició la producción tras completar su trabajo en RoboCop 2 (1990), pero abandonó el proyecto al comprobar que Steven Spielberg prefería la animación por ordenador para los dinosaurios de Parque jurásico (1993) a las animaciones con stop motion que él había realizado. Pensó entonces que la era de la técnica había llegado a su fin, cosa que comprendo, porque comenzaba la hegemonía de las imágenes generadas por ordenador. Retrospectivamente, no obstante, sabemos que eligió un año curioso para dejar de lado el stop motion: fue el del estreno de la obra maestra Pesadilla antes de Navidad, cuyo éxito permitió que la técnica siguiera adelante más allá de su empleo como efecto especial.
Por suerte para nosotros, animado por miembros de su estudio, Tippett retomó el proyecto dos décadas después de su inicio. Gracias a una campaña en Kickstarter y a la participación de animadores voluntarios -seguramente admiradores del maestro- pudo finalmente completarlo. Antes, eso sí, había presentado tres adelantos, la trilogía de cortos Mad God: Part 1 (2014), Mad God: Part 2 (2015) y Mad God: Part 3 (2018).
Este largometraje incluye los tres cortometrajes y numerosas escenas adicionales que los enlazan. En cualquier caso, aunque se puede hablar de una historia que se desarrolla de principio a fin, no es una narración convencional y el hilo conductor es casi lo de menos. Tengo la sensación de que es una excusa para enlazar estímulos visuales y llamativos fragmentos más o menos independientes. Me parece estupendo que así sea porque el resultado es fascinante en varios momentos e interesante siempre.
Cierto que la parte visual es bastante más deslumbrante que su narración, pero es que solo por las imágenes que ofrece ya merece la pena verla atentamente. La dirección los decorados en los que transcurre la acción y el diseño de los personajes son ya más de la mitad de la película o, al menos, de lo que esta tiene de tan seductor. Hay una galería de criaturas y de monstruos que entusiasmarán a los amantes del cine de terror y fantasía. Junto con los lugares que habitan, crean una atmósfera de pesadilla que, en ocasiones, recuerda a los ambientes asfixiantes de los hermanos Quay.
A pesar de ser un tanto irregular y de parecer un tanto inconexa puntualmente, Phil Tippett dirigió una película con pasajes brillantes que debería ser considerada una de las cumbres visuales del stop motion.