Stefano Savona. Categoría: Película. |
“29 miembros de la familia Samouni fueron asesinados durante la operación militar ‘Plomo fundido’, en enero del 2009”. Con ese texto concluye este impresionante documental que narra eso mismo, la cruel matanza; y el después, el periodo en el que los supervivientes se enfrentan al trágico suceso y trabajan para reconstruir su vida. La protagonista es Amal, una niña que perdió a su padre y varios hermanos en aquella ofensiva israelí y que estuvo a punto de morir: la rescataron sus primos de los escombros y sufre fuertes dolores por la metralla alojada en la cabeza. Ella simboliza el horror de la guerra y la esperanza de los habitantes de la Franja de Gaza: prácticamente lo único que les queda junto con su esfuerzo.
La familia Samuni combina imágenes documentales, que son mayoría, con recurrentes pasajes animados. Las primeras, filmadas poco después del ataque, dan voz a miembros de la familia, que revelan así cómo afrontan la pérdida y la destrucción de sus casas y campos -estos últimos cruciales para su sustento-. Hay una escena particularmente valiosa en la que un joven recuerda lo contentos que se pusieron al descubrir que el ejército israelí no había arrasado su campo de lechugas.
Los fragmentos animados, en cambio, se adentran en el terreno de la ficción -hubo que escribir diálogos y escenificar escenas clave- con un tono documental. La animación está empleada con el propósito habitual en los documentales, para ilustrar aquello de lo que no existen imágenes. Aquí eso incluye flashbacks que muestran cómo era la vida de la familia antes del suceso y, de manera aún más crucial, el desarrollo del ataque militar.
Según los responsables del film, “las escenas de animación están fielmente basadas en los testimonios de varios miembros de la familia Samouni y en los del personal de la Cruz Roja, además de en los resultados de una investigación interna de la Armada israelí, hecha pública en el 2010”. Gracias a esos fragmentos vemos cómo fue la ofensiva militar y, si todo se desarrolla tal y como es reflejado, espero que hubiese consecuencias penales para los altos mandos, puesto que varias acciones son inmorales y criminales.
Las partes de animación 3D que simulan las imágenes obtenidas con los drones son un tanto rudimentarias, no van más allá de una ilustración básica que, todo sea dicho, resulta muy efectiva. En cambio, las realizadas en animación 2D con la dirección artística de Simone Massi sí son muy interesantes. A primera vista no resultan particularmente atractivas para la vista, con esa estética en blanco y negro que parece rotoscopia, pero progresivamente van revelando su fuerza. De hecho, figura una secuencia brillante que ilustra el ataque con animales en vez de armas -aviones como aves, elefantes como tanques-. Son esos pasajes los que hacen de La familia Samuni un documental tan poderoso: solo con la parte documental no habría producido una impresión tan honda.