HIT-MONKEY.
7,5/10
En febrero del 2019, Marvel Television anunció cinco series de animación para adultos basadas en otros tantos personajes no particularmente ejemplares de sus cómics que culminarían en un cruce titulado The Offenders -guiño a The Defenders, la serie de Marvel estrenada por Netflix en el 2017-. Fue, por supuesto, una de las noticias del año en el ámbito de la animación no apta para público infantil. Sin embargo, cuando la supervisión de los proyectos pasó a Marvel Studios tras el cierre de Marvel Television, el plantel se redujo a solo dos: M.O.D.O.K. (2021) y la que nos ocupa.
Si la decisión de seguir adelante con esta serie la tomaron los ejecutivos del estudio tras ver el piloto, no me extraña nada: es muy eficaz y dan ganas de seguir las aventuras de los protagonistas. La premisa de la serie, por cierto, es que un sicario es asesinado tras refugiarse en la montaña junto a un grupo de macacos japoneses. Sus asesinos matan también a los primates, de modo que uno de ellos, el único superviviente, toma la determinación de vengar a su especie. Le acompaña el fantasma del asesino a sueldo, con el que comparte idéntico deseo de averiguar quién encargó eliminarlo.
Este inverosímil y nada realista punto de partida da pie a multitud de excesos en lo que a las habilidades del mono respecta. Sin entrenamiento ni nada, ya es capaz de acribillar a balazos a un grupo de yakuzas o a deshacerse de cualquier criminal que se interponga en su camino. Por lo visto, también entiende a los humanos y, hasta cierto punto, puede comunicarse con señas y lenguaje corporal. En fin, es todo increíble, pero lo aceptamos de buen grado puesto que la cuota de entretenimiento no decae.
Hit-Monkey es una bienvenida variación en un ámbito, el de la animación para adultos, en el que predominan las comedias de situación. Aquí hay humor, desde luego, pero se centra en la acción y el misterio. De hecho, ni siquiera se parece gran cosa a las series contemporáneas con superhéroes. Además, la estética es atractiva, de modo que se ve con agrado.
Sin embargo, la propuesta está algo lastrada por un desenlace que acumula elementos sin que acaben de casar del todo en una sola trama -diosas, samurais, corrupción política, policías, intereses amorosos, yakuzas…- y por una animación a la que le hubiera hecho falta más presupuesto para ilustrar bien las muchas escenas de acción. Nada de eso arruina el disfrute, pero impide que sea una serie redonda.
