LA BANDA DEL PATIO (RECESS).
8/10
En los 90, Disney estaba en racha. El lado cinematográfico, en plena era de renacimiento, enlazaba un éxito tras otro. La vertiente televisiva quizá no destacó tanto ni fue tan regular, pero no estuvo falta de aciertos. Así, en 1997, el año en el que las salas se llenaron con Hércules, en la tele se empezó a emitir La banda del patio, una de las más populares series animadas de los 90.
Supongo que a la compañía le alegró mucho su acogida, pero a mí lo que me importa es que, desde un punto de vista artístico, es interesante. La creación de Paul Germain y Joe Ansolabehere tuvo la inteligencia de mostrar la estancia en la escuela como lo que en muchos aspectos es: una preparación para la vida adulta. Los recreos a los que alude el título original son un microcosmos de la sociedad en el que están representados estratos sociales -según su curso-, ocupaciones -la saltadora, los excavadores…-, jerarquías -hay un rey del recreo al que todos deben rendir pleitesía-, actitudes -el chivato (el sistema), los rebeldes (antisistemas)- y grados de civilización -los preescolares son retratados como una suerte de tribu caníbal-.
Buena parte de las tramas tienen lugar en ese ámbito y los mejores episodios suelen girar en torno a las dificultades de moverse en esa selva de personalidades y obstáculos que representa el colectivo de niños. El humor está muy logrado y los personajes tienden a ser complejos y multidimensionales, así que el trabajo de escritura y dirección es notable. Quizá animación y estética no sean particularmente estimulantes por ser un tanto estándar, pero poco importa cuando los capítulos son tan entretenidos.
Tal fue el éxito de la serie que inspiró un largometraje estrenado en cines, La banda del patio (2001), al que siguieron tres películas más comercializadas directamente en formato doméstico. Además, en el 2006, la banda reapareció en un capítulo de la serie de Lilo y Stitch emitido por Disney Channel.