Julien Fournet. Categoría: Película. |
Poca gente es capaz de ser buena como guionista y director. Son talentos con aspectos en común, desde luego, pero se requieren habilidades muy distintas. Tristemente, Julien Fournet no forma parte de ese grupo de privilegiados que seducen en ambas facetas, de modo que si su dirección es pasable -tampoco brillante ni personal-, el guion escrito para Las aventuras de Pil es muy flojo y lastra irremediablemente el disfrute de la cinta.
Vaya por delante que a espectadores poco exigentes acostumbrados al modelo de Hollywood seguramente les baste para entretenerse hora y media. Probablemente no les entusiasme, eso sí. También creo que a los más jóvenes espectadores es muy posible que les satisfaga, pero si ya han visto buenos ejemplos del medio -pongamos una película de Pixar- la mayoría de ellos notarán la diferencia. No les brillarán los ojos ni tendrán una amplia sonrisa al salir del cine.
De hecho, esta es de esas películas que, al imitar el modelo de Disney con bastante menos medios -ni el mismo dinero, ni un amplio equipo para inundar de sugerencias al director-, acaban por beneficiar a largo plazo al estudio estadounidense: el público tiende a preferir el original, sobre todo si ambos cuestan lo mismo.
Aprecio el nivel técnico de la animación y una estética que, a pesar de estar desprovista de personalidad o de riesgo artístico alguno, es eficaz. También es bienvenido que el personaje central sea una niña valiente e inteligente. Además, la banda sonora es interesante. Sin embargo, el guion es terriblemente previsible y convencional y tengo la impresión de que considera que el público infantil acepta que los personajes digan o hagan cosas que casan mal con sus motivaciones o con la más elemental lógica.
Finalmente, la puesta en escena incluye numerosos momentos en los que al director no sabe muy bien qué hacer con los personajes, especialmente con las multitudes, de modo que la verosimilitud buscada queda arruinada. Al menos le reconozco que se lo pone fácil al espectador a la hora de valorarla. En un momento dado, propone el trillado plano de los personajes centrales que caminan en cámara lenta, perfectamente alineados y con la habitual cara seria, hacia nosotros. Uno de los personajes rompe entonces la cuarta pared y exclama: “este plano es horrible”. Nos lo ha quitado de la boca.