Sean Patrick O’Reilly. Categoría: Película. |
Una máxima de Hollywood es que, si una película tiene éxito, se producirán productos derivados durante muchos años. Así, tras el éxito de Buscando a Nemo (2003), llevamos más de una década padeciendo clones del film de Pixar, solo que con bastante menos presupuesto y aún menos creatividad.
El que nos ocupa es uno de esos subproductos que parecen destinados a pillar desprevenidos a padres y tutores mal informados que no han visto el trailer o no se han fijado. Porque el caso es que basta con ver el trailer con un mínimo de atención para darse cuenta de que es una obra de una fealdad supina que solo puede ser el resultado de una cadena de malas decisiones artísticas. Como además parece que se hizo deprisa y con poco dinero, la animación es floja, todos los fondos son pobrísimos y el diseño de personajes parece pensado para dedicarle el menor esfuerzo posible a sus movimientos -los humanos son particularmente poco expresivos-.
La parte visual es tan terrible que no se podría pasar por alto ni aunque contase una historia interesante, pero ni eso la redime. La trama y su desarrollo están trilladísimos, los personajes son tan anodinos como su apariencia y los intentos de comedia son un fracaso tras otro. Sí, hay en el argumento un mensaje ecologista, pero si es a costa de someter al público a una experiencia tan aborrecible desde un punto de vista artístico, ni siquiera por eso es mínimamente recomendable.
Esta producción no se estrenó en los cines estadounidenses: que lo hiciese en las salas españolas es un síntoma de la falta de criterio de algunas distribuidoras.