Michelino Bisceglia es el compositor de la banda sonora de Charlotte (2021), una película de animación para adultos, realizada en 2D, estrenada en Norteamérica a principios del 2022. Además, formó parte de la Sección oficial del Festival de Annecy de ese mismo año. Una vez finalizado el festival francés, cuando el compositor ya había vuelto a su hogar en Bélgica, tuve la oportunidad de charlar unos minutos con él vía Zoom. He aquí una transcripción traducida al español desde el inglés original.
¿Qué animación te gustaba especialmente cuando eras pequeño?
Me gustaba La pantera rosa, era fantástico, Tom y Jerry, era un fan, los Looney Tunes, la animación estadounidense. También me gustaba la animación japonesa, como los Transformers. Me gustaba mucho la animación cuando era un niño pero no pensaba que compondría música para una película animada en esa época.
Me gustaba especialmente Tom y Jerry, porque había algo de violencia a veces, pero está bien. Ya por entonces me daba cuenta de que la música de Tom y Jerry era increíble. Como adolescente ya me parecía asombrosa. Había jazz, clásica, era interesante. De hecho, años después encontré grabaciones originales del compositor y empecé a leer sobre el compositor, que se pasaba cada semana en el estudio grabando la música con una veintena de músicos.
¿Cómo te preparaste para componer la música de Charlotte?
Esta es la primera película de animación para la que compongo la música. Antes de eso no estaba especializado en ningún tipo de animación. Soy un artista, compongo música para todo tipo de eventos. La música para cine es solo un aspecto y, dentro de eso, la animación es solo un aspecto de esa faceta.
Sin embargo, en 1999, creo, me asignaron un proyecto llamado Symfollies, una producción belga con unas 25 animaciones de cinco minutos, en 3D, sobre una familia de instrumentos. En cada episodio había una aventura pensada para que la infancia descubriera la música clásica, así que debía elegir composiciones de famosos compositores y escribir nuevos arreglos. Ese fue mi primer gran trabajo en el mundo de la animación. Fueron tres años de trabajo, pero para mí fue estupendo porque me dio la oportunidad de profundizar en el repertorio clásico, de estudiar las partituras para escribir los nuevos arreglos.
Recuerdo que en esa época me interesé por ver animación y descubrí el cine de Pixar, pero seguía siendo la animación clásica la que más me atraía.
¿Es diferente el trabajo de composición para una película animada?
El trabajo es diferente, el proceso es diferente. El impacto de la música es también diferente. Si es una película de ‘acción real’, siempre tienes sonidos en el set. Coches, viento, sonidos humanos, la naturaleza… Si tienes un micro, aunque nada pase hay sonido. En la animación no hay nada. El vacío en animación es mucho más vacío que en una película de ‘acción real’. Eso te da mucha más libertad, más espacio para trabajar en los detalles, para explorar, para usar el silencio.
Para mí, el mayor impacto fue pensar que, si no hay música y no están hablando no hay nada. Puede haber efectos de sonido, pero no hay más. Es difícil porque todo es recreado. Enfrentarme a eso fue lo que hizo que me diera cuenta de que todo era diferente.
Por otra parte, el proceso de trabajo es diferente. En el cine de ‘acción real’ primero tienes el guion, luego empiezas a recibir las primeras imágenes, que son realistas, y trabajas con eso. En animación las primeras imágenes que ves son ‘animatics’, pero no ves muchos detalles. Miras eso y piensas, bueno… Tienes que confiar más en la imaginación, que es clave en la animación.
Nunca había pensado hasta qué punto la imaginación podría jugar un rol importante.
La imaginación es, en muchas ocasiones, más importante que el conocimiento.
Ese sería un gran eslogan. Para prácticamente casi todo.
Sí.
Me gustaría saber qué indicaciones te dieron los directores.
Como te dije, en mi manera de trabajar, la imaginación es fundamental. Cuando leo el guion, empiezo a sentir un tempo, un tipo de fluidez en la escritura, así que veo cómo será la escena. Si necesita música rápida, lenta, si será más bien un vals… Mi intuición empieza a funcionar. Por otra parte, cuando leo el guion, como mi música está basada en líneas melódicas, empiezo a escuchar música. Eso me pasó con Charlotte: empecé a componer a partir del guion. Desarrollé algunos temas, unas ideas, y cuando empezó la producción les enseñé algunas de esas ideas. Ya tenía el tema principal y ese fue el tema principal de la película, nunca cambió.
Hablé mucho con los directores y me dieron información muy valiosa. Por ejemplo, en Charlotte tienes este personaje principal que es judía, pero para ella era una artista, una joven que quería ser artista. A ella no le importaba ser judía, lo que quería es saber cómo podía hacer lo que quería hacer. No le importaban los Nazis, solo ser artista. Así que cuando desarrollé el tema de Charlotte, traté de mantenerme lejos de la parte judía. Quizá si nadie me hubiera dicho nada me hubiera adentrado más en esos elementos judíos, así que fue una importante conversación con los directores.
¿Te gustaría volver a componer música para otro proyecto animado? Y, en caso de que sí, ¿qué tipo de animación te gustaría particularmente?
Me gustaría hacer algo cómico, porque puedes explorar la orquesta, todos los instrumentos… Es como un recreo si es algo cómico. Pero me gusta el drama, mucho, y la animación en el drama es algo que me gusta mucho, también para las películas. Todo se vuelve sutil, delicado, tienes que tener cuidado. En un drama puedes ir demasiado lejos muy fácilmente, así que tienes que ser cuidadoso, es como andar sobre huevos. Además, en el drama hay que estar seguro de elegir bien los instrumentos.
Muchas gracias, Michelino, ha sido un placer charlar contigo. Felicidades por la banda sonora para Charlotte, por cierto, es uno de los mejores aspectos de la película, así que espero que compongas más para animación.
Sí, de hecho, estuve en Annecy la semana pasada y conocía a varios directores y estudios, así que quien sabe qué sale de eso. Parece que habrá algo en el futuro.