Un corto esencial: por David Fidalgo Omil

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David Fidalgo Omil ha dirigido algunos de los más personales cortos de los últimos cinco años, entre ellos Homomaquia (2019), nominado en los Premios Goya 2020 y realizado a partir de dibujos a mano.

También es el creador de la irreverente webserie Cacola (2021). Así que, además de entrevistarle y de pedirle que nos desvelase sus películas de animación favoritas, le pedí que nos recomendase un corto de animación que le pareciese esencial.

El elegido es Oh Willy… (2012), escrito y dirigido por Emma De Swaef y Marc James Roels, con producción de Beast Animation, Vivement Lundi e il Luster y animación de Personne n’est parfait.

Le cedo la palabra para que nos explique el porqué de su elección:

Lo elijo porque…: es amor a primera vista, no tuve la oportunidad de verlo en un festival, si no que lo descubrí en Vimeo. Me hubiese encantado verlo en pantalla grande pues su dirección de arte, la luz, las texturas son para disfrutar en gran tamaño, aparte de que estar en una sala oscura favorece la inmersión en una película y aquí es muy importante. Pero bueno, lo descubrí en Vimeo y en vez de quedarme con ese run run de cuando algo te emociona, pues le di al play otra vez, a disfrutar.

Es esencial porque…: es un cortometraje en stop motion de esos que eleva el cine de animación, es una historia intimista tanto en narración como en dirección donde lo cotidiano tiene mucha belleza e importancia para contarnos un drama, el de la vuelta a casa y la pérdida de un ser querido, pero de una manera muy elegante y natural, con cierto punto de comedia y un aura de fantasía. Me recuerda mucho al director Yorgos Lanthimos en Langosta, que es posterior a este corto.

Una de las cosas especiales y que sin diálogos hace que conozcamos más a los personajes es el entorno que lo rodea, bastante llamativo para la gran parte de la sociedad, pues es una comuna nudista, sin caer para nada en el absurdo, lo cual no quiere decir que no tenga gracia, que la tiene, y después el bosque que nos lleva a los recuerdos del protagonista y es donde más se huele la fantasía, sobre todo hacia el final, pero que está presente desde el inicio, en lo cotidiano, es un cortometraje con una atmósfera bucólica que hasta en un plano detalle de un objeto, como en muchos de estos autores, hay magia.

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