Nick Kroll, Andrew Goldberg, Mark Levin, Jennifer Flackett. Categoría: Serie. |
De Big Mouth se anunció hace unos años que concluiría tras la sexta temporada. Sin embargo, meses antes de que llegara esa sexta tanda de episodios a Netflix, el servicio de streaming confirmó que habría, al menos, una séptima temporada. Quizá el cambio de decisión se debió al éxito de la serie derivada, Recursos humanos (2022), que fue a su vez renovada para una segunda temporada. La noticia de la renovación es muy buena, pero me temo que ya se le empieza a anotar, al menos en algunos capítulos de esta sexta entrega, leves síntomas de fatiga típicos de las series que alcanzan cierta longevidad.
Espero no dar una impresión errónea: Big Mouth es una vez más una muy recomendable serie repleta de aciertos, de buenas ideas y de loables intenciones educativas que, además, saca invariablemente provecho de su rica galería de personajes. Hay aquí, de nuevo, capítulos excelentes, como El picadero -otra incursión en las calenturientes mentes de los adolescentes-, La vergüenza vaginal -un monográfico dedicado a las vaginas- o El broche Apple -una sátira de la obsesión por tener la última tecnología-. En general, es un placer reencontrarse con los personajes y no faltan gags brillantes.
El pequeño problema que le veo, que de ningún modo arruina el disfrute pero quizá sí aleja la serie de sus más memorables momentos, es el siguiente: para evitar la sensación de repetición, los guionistas echan mano de recursos habituales, como nacimientos, rupturas y, sobre todo, giros inesperados -que de pronto aparezcan tres personas que aseguran ser los padres de Lola es un caso paradigmático-. Esta deriva se nota especialmente en los dos episodios finales, Nuestros padres están de la olla y Un marronazo, donde se entremezclan multitud de tramas que van mucho más allá del foco en la sexualidad y vida afectiva de los adolescentes protagonistas. El cambio de actitud del padre de Nick Birch, por ejemplo, es de los más difíciles de creer y solo se explica por esa comprensible voluntad de los guionistas de ofrecer argumentos diferentes.
Veremos si la séptima temporada confirma esta deriva, pero entre tanto es una alegría que la serie siga adelante y, aun a riesgo de repetirme, afirmaré que me hubiera encantado poder ver Big Mouth cuando era adolescente. Incluso ahora que soy adulto me parece estupenda.