2022: Ícaro y el minotauro (Icare)

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Ícaro y el minotauro (Icare)

Carlo Vogele.
ÍCARO Y EL MINOTAURO (ICARE).
9/10

Categoría: Película.
Guion: Isabelle Andrivet, Carlo Vogele.
Año: 2022.
País: Luxemburgo, Francia, Bélgica.
Género: Fantasía, Drama, Aventura.
Técnica: 3D, 2D (breve fragmento).
Estudio: CGLux, Mikros Image, ZEILT productions.
Idioma: Inglés, Francés, Luxemburgués, Neerlandés.
Característica: Amistad, Melancólico, Infancia.
Duración: 1h 16min.
Clasificación por edades: Todas las edades.

Una propuesta atípica de animación apta para todas las edades, cuyo atractivo reside en la belleza de las imágenes, el interés de aquello que se cuenta y la inspirada narración. No hay chistes con doble sentido para adultos -de hecho, ni siquiera hay prácticamente elemento alguno de comedia-, ni canciones pop para acompañar la trama, ni clichés como el desenlace de acción o un baile final con todos los personajes principales reunidos. En definitiva, es animación para todas las edades en las antípodas del modelo imperante en Hollywood, que no cae en ninguno de los lugares comunes de la vertiente comercial del medio.

Ícaro y el minotauro es una creativa y original mirada a la mitología griega que entrelaza el mito de Ícaro con el de Teseo y el Minotauro. Aquí, este último no es un ser monstruoso que merece morir atravesado por la espada del valiente Teseo, sino un ser sensible, delicado y pacífico que entabla amistad con un joven Ícaro. Si la fuente elegida para la historia ya es atípica, aún es más que la narración sea predominantemente contemplativa, que el tono sea esencialmente dramático y que los diálogos estén generalmente impregnados de poesía o de la riqueza de la mejor literatura.

En fin, no es una mera obra de entretenimiento y eso es espléndido. Es ideal que la vea el público infantil -es una fenomenal alternativa a las producciones de las majors-, pero seguramente sea especialmente apreciada por cinéfilos adultos. Se nota, eso sí, que Carlo Vogele sacó buen provecho artístico de su paso por Pixar.

Por otra parte, la animación está realizada en 3D, imagino que por cuestiones presupuestarias. Trata de imitar al 2D, algo que tiene sus limitaciones y se nota en el movimiento no siempre muy realista de los personajes. Sin embargo, la estética es muy sugerente, especialmente por el diseño de los personajes y la paleta de colores: recuerda a las incursiones en esta misma técnica, también por cuestiones presupuestarias, de Michel Ocelot. Hay, eso sí, en el clímax, una brillante escena animada en 2D, con aspecto artesanal, que ilustra la lucha entre Teseo y el Minotauro. Si todo el largometraje hubiera sido así, estaríamos quizá hablando de una obra maestra, pero claro, entonces habría costado muchos millones de euros, algo inviable para una obra de carácter minoritario.

Ícaro y el minotauro, por cierto, fue la película elegida por Luxemburgo para representar al país en la categoría de Largometraje internacional de los Premios Oscar. Cierto que justo el año anterior Dinamarca eligió Flee (2021),  a la postre nominado en hasta tres categorías, y que España preseleccionó -aunque luego no eligió- Buñuel en el laberinto de las tortugas (2019), pero no es habitual que una película de animación sea la escogida por la academia de un país para competir en el más mediático de los premios. Bienvenida sea la decisión para acabar con los prejuicios que padece el medio.

Reseña Panorama
Puntación
9
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