Jorge Alberto Vega Rivera es el director de El Pájarocubo (2019), el ganador de los Premios Quirino 2020 en la categoría de Mejor cortometraje de animación. Ahora bien, esa victoria no es lo que nos ha animado a entrevistarle: ya teníamos ganas de conocerle más desde que vimos el corto en cuestión, una singular obra de stop motion con un singular diseño de personajes y que seguramente entusiasme a espectadores de todas las edades.
En la entrevista nos cuenta el proceso de desarrollo, producción y rodaje del cortometraje, nos habla de la animación colombiana y nos adelanta su próximo proyectos, que será una película. Qué gran noticia.
También nos ofreció una lista con sus diez películas favoritas de animación, que puedes ver aquí.
¿En qué fase del proyecto te incorporaste a El Pájarocubo? ¿Qué te interesó del film para asumir su dirección?
Comencé el proyecto El Pájarocubo desde el año 2012 cuando Ángela Revelo me mostró una maqueta del cuento ilustrado escrito por Marcos Mas. En el momento en que leí por primera vez el PDF, me convencí de que era la historia perfecta para convertirla en un corto animado en stop motion. La idea de un personaje que reventara su jaula para conseguir su libertad y que se transformara como consecuencia de su esfuerzo, me pareció simple y divertida para cualquier niño. En consecuencia, si el personaje era cúbico, lo mejor era representarlo con una técnica tridimensional.
¿Qué viste en el relato de Marcos Mas que te animó a adaptarlo como un corto de animación?
Me gustó mucho el ritmo de la historia, porque está contada en rimas y eso le aporta musicalidad al relato. También me encantó el tipo de personaje: un pajarito que entiende todo de manera literal y decide romper sus ataduras con su propio peso. La historia era simple y con escenas muy cómicas, es decir la combinación perfecta para el público infantil.
¿Qué te interesaba del stop motion como técnica para contar la historia de tan peculiar pájaro?
Desde hacía mucho tiempo tenía ganas de hacer un cortometraje en stop motion. Esta técnica es increíble porque aporta riqueza visual con la textura, el color y las formas que dan los materiales como el fieltro, la madera o el papel. Esas son características claves en el stop motion, además la fotografía permite realzar todas esas cualidades de una manera que no se compara con el 3D de CGI. Por otra parte, si el protagonista es un pájaro cúbico, entonces los personajes debían ser en 3D, con volumen, peso y textura, tal y como se logra con los puppets del stop motion.
¿Cuánto duró el rodaje? ¿Cuántas personas participaron? ¿Qué softwares empleasteis para su realización?
El rodaje de El Pájarocubo se realizó durante dos años, en este tiempo se construyeron los puppets y se terminaron los escenarios, se realizaron las animaciones y finalmente se hizo la composición digital de los planos, la colorización de la obra completa y en paralelo la música y el sonido. Previamente a estos dos años, el equipo había venido adelantando un proceso de desarrollo de tres años. El equipo comenzó con 5 personas durante la fase de desarrollo, pero finalmente fue involucrando profesionales hasta completar unas 50 personas, principalmente de Colombia, pero con apoyo para la postproducción en Brasil y para el diseño sonoro en México.
El software empleado para la animación fue Dragonframe, el cual es una herramienta muy completa diseñada específicamente para apoyar la técnica stop motion. En la fase de composición se utilizó Nuke y para la colorización el Davinci.
En el corto participan varias compañías y estudios de animación. ¿Cómo fue el proceso de lograr financiación para su producción?
Inicialmente empezamos con recursos propios durante la etapa de desarrollo, hasta el año 2016 cuando decidimos participar en la convocatoria de Estímulos del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico de Colombia. Este estímulo fue un gran aporte para el proyecto, de esta manera Ángela Revelo asumió la producción y se dedicó a contactar y vincular otros amigos y empresas interesados en el proyecto. En el año 2016, también asistimos al 3° Taller Latinoamericano de Stop Motion en Bolivia, en donde conocimos al grupo de producción del cortometraje Almofadas de Penas, de Brasil, con quienes más adelante logramos un acuerdo de apoyo asociado a El Pájarocubo. Fue así como Marcos Telles, Ana Barroso y Pedro Peluso viajaron hasta Popayán Colombia para apoyar la construcción de puppets, maquetas y para coordinar la postproducción del cortometraje junto a Moacir Barros. De igual manera los animadores de Animaedro Estudio, Yack Reyes y Rafael Santamaría, se vincularon durante la fase de animación. Más adelante Jhina Hernández acordó una coproducción desde su corporación Cinta Adhesiva para apoyar este proyecto. En resumen, todos estos aportes asociados y de coproducción hicieron posible que el cortometraje lograra completar su proceso de realización, con los niveles de calidad que deseábamos.
A partir de esta experiencia con la producción de El Pájarocubo, Ángela Revelo y Alberto Vega fundaron la Corporación La Valiente Estudio, con el ánimo de continuar desarrollando proyectos creativos en animación y diseño.
¿Qué ha supuesto la victoria en los Premios Quirino de la Animación Iberoamericana 2020?
Este reconocimiento nos ha aportado mucha visibilidad, frente al sector de la animación en Colombia. Esto es muy importante para dar continuidad a nuestros proyectos y a los demás realizadores de nuestra región, dado que La Valiente Estudio se encuentra en Popayán, que es una ciudad pequeña en una zona periférica del país. Gracias a esto la gente ahora sabe que aquí también se hacen productos animados de calidad internacional. Los Premios Quirino son importantes porque abren un espacio donde se integran países de habla hispana y portuguesa, con participantes de alto nivel, con variedad de estilos, técnicas y temáticas que mueven la industria de la animación.
¿Cuál ha sido el comentario acerca del corto que más ilusión te ha hecho?
- Felicitaciones, es una tarea que nos quedó muy bonita. Una espectadora de 8 años.
¿Qué evolución aprecias en la animación colombiana durante los últimos años?
El sector de la animación ha crecido rápidamente en Colombia, es interesante descubrir que hay empresas que ofrecen servicios para el exterior, o que se hacen productos para canales de distribución internacional. Por otra parte, los jóvenes encuentran muchas opciones para capacitarse en diferentes técnicas de animación y hasta se oferta el primer pregrado de animación profesional en Bogotá. Todos estos factores hablan del futuro de la animación en el país y de la capacidad de los animadores para asociarse y apoyarse frente a la realización de obras o proyectos de animación, como en el caso de El Pájarocubo. Creo que es buen momento para aprovechar los estímulos del estado para hacer obras innovadoras, con temáticas diversas y con historias originales comprometidas con su público.
¿Puedes adelantarnos algo de tu próximo proyecto animado?
Actualmente estamos en el desarrollo de nuestro primer largometraje, a partir de una idea de uno de nuestros integrantes del equipo de arte de El Pájarocubo. Queremos mantener en mente el público infantil para esta película, con una historia llena de aventuras y fantasía y viajes a la luna. También queremos seguir explorando la técnica del stop motion como principal herramienta para encantar la imaginación poderosa de nuestros espectadores.