PLANET SKETCH.
2,5/10
Planet Sketch es la segunda serie de Aardman en la que recurrió a la animación 3D, tras la mucho más lograda The Presentators (2003). No sé si es lo más flojo que ha producido el habitualmente interesante estudio de Bristol, pero figura definitivamente en la lista de las producciones que no están a la altura de su merecido prestigio.
Por lo pronto, la estética ha envejecido muy mal, pero es que no debía de resultar atractiva tampoco en el momento de su estreno y es uno de esos claros ejemplos de la primera ola de series en 3D, que por cuestiones presupuestarías poseían una factura muy floja y por discutibles decisiones artísticas proponían unos diseños de escaso interés.
Lo peor, de todos modos, son los guiones. Enlazan sketches con un humor en absoluto sofisticado y que, al emitirse en canales pensados para público infantil, tampoco ofrece un toque irreverente o subversivo que los redima. Es la clase de humor que le hace gracia a los niños de no sé muy bien qué edad cuando descubren que decir caca, culo, pedo y pis está mal visto y entonces lo dicen cada vez que pueden. Aquí buena parte de los chistes tienen que ver con pedos, mocos y similares.
No es que crea que la tele deba ser educativa y edificante, no es ese su propósito, pero sí se puede pedir un entretenimiento un poco más elaborado: hasta en la más obvia travesura de Bart en Los Simpson hay más ingenio.
En la Wikipedia inglesa, figuran Nelson Shin y Nick Park como creadores. Sin embargo, Adrián Encinas Salamanca, en su estupendo libro ¡Bien hecho, Gromit! (Diábolo Ediciones, 2016), menciona únicamente a Andy Wyatt, información que me parece mucho más fiable. Además, me cuesta imaginar a Nick Park como uno de los responsables de semejante desaguisado. En esa misma publicación, por cierto, escribe lo siguiente acerca de esta serie: “revisada a día de hoy, resulta demasiado tosca a nivel visual, por no hablar de la limitada animación con la que cuenta, fruto de un más que probable presupuesto ajustado” (p. 183). Estoy de acuerdo.