Al singular cineasta Paulo Mosca le entrevistamos hace unos meses y aprovechamos la ocasión para pedirle que seleccionase para nosotros un corto que le pareciese esencial.
El elegido es Orgesticulanismus (2008), dirigido por Mathieu Labaye. Le cedo la palabra para que nos explique le porqué:
Lo elijo porque…: el pollo que lo hizo, Mathiew Labaye, vino a mi escuela a dar un taller o algo así, como representante de Camera ETC, una productora muy interesante de Bélgica donde, si no me equivoco, ha hecho trabajos también la compañera Rocío Martínez. Cuando lo vi me dejó loquísimo, porque siendo un corto rarito (alternativo, no convencional, independiente, o cualquiera de las etiquetas que le ponemos a toda la producción cultural que no serviría como anuncio de yogures), tiene un nivel técnico demencial en todos los sentidos. Es un “mira Disney-Pixar, yo lo hago mejor y no doy vergüenza ni grimita, superadlo”, o al menos así lo sentí yo.
Es esencial porque…: lo único esencial es cuidar a la madre de uno, todo lo demás son complementos enriquecedores.
Ahora bien, sí creo que es un corto importante porque tiene mucha verdad y a la vez tiene un dominio del medio muy poco habitual de ver; no es postureo ni exhibición ni virtuosismo barato (como el 90% de la cultura que producimos, que no tiene más interés que un bote de garbanzos medianamente comestibles, que se disfrutan mucho, sí, pero no nos flipemos).