Walerian Borowczyk. Categoría: Película. |
El teatro del señor y la señora Kabal es el primer largometraje de Walerian Borowczyk, talentoso y personal cineasta polaco que, tras instalarse en Francia a finales de los 50, alcanzó cierto prestigio gracias a sus primeros cortos de animación. Uno de ellos fue Le concert de M. et Mme. Kabal (1963), en el que presentó al matrimonio protagonista de esta película.
Homenaje al escritor Alfred Jarry, él solo realizó todos los dibujos y la animación, así que, si no se me olvida nadie, Walerian Borowczyk fue el segundo artista que creó en solitario una película de animación, tras el brasileño Anélio Latini y su Sinfonia Amazônica (1951). Como el polaco optó por un estilo de dibujo más sencillo, pudo llevar a cabo la empresa sin necesidad de machacarse los pulmones por la falta de sueño.
Salvo por algún toque puntual de color, la obra es en blanco y negro, de modo que su encanto estético deriva de la caricatura de los diseños de Borowczyk y de su creativo empleo de la animación con recortes. Ya desde el inicio queda claro que será una propuesta experimental, porque vemos los múltiples rostros que el autor baraja para la protagonista, esa peculiar señora Kabal, hasta decantarse por el definitivo -los rechazados son eliminados como un papel que es arrugado antes de ser tirado a la papelera-.
Acto seguido, el director aparece en pantalla -tratado casi como si fuera a su vez un dibujo en blanco y negro- y dialoga con su personaje para pedirle que se comporte normalmente para la cámara, durante los siguientes cinco cuartos de hora, con el fin de ofrecer un espectáculo realista a los espectadores que han pagado por ver la cinta. Ella, no sin haberse ofendido alguna que otra vez, responde con sonidos robóticos, así que sus diálogos se ven escritos, inicialmente en inglés, alemán y francés, en adelante solo en este último idioma.
Lo que sigue es una sucesión de gags y situaciones independientes, frecuentemente absurdas, surrealistas, sin sentido o indescifrables. Como no sigue una estructura lineal y no hay una narración en el sentido convencional, seguramente acabe por resultarle tedioso a los espectadores que no toleren bien el cine experimental. En cambio, para quienes aprecien la animación alternativa y personal, será una experiencia interesante, por mucho que pierda capacidad de fascinación a medida que avanza el metraje porque pasada la media hora hay ideas que se repiten.
De todos modos, aunque desigual, es muy singular e innovadora y recurre a la animación de un modo que no se había visto antes en una película. Puntualmente hay momentos geniales y es muy posible que su humor fuese una influencia para la animación de Terry Gilliam en Monty Python’s Flying Circus. Además, como sátira del matrimonio no tiene precio.
Finalmente, en los créditos iniciales se lee la reveladora frase “un dibujo para adultos”, así que también en ese aspecto fue pionero: eso lo convertiría en el primer largometraje animado pensado para adultos, anticipándose en unos meses al sueco Out of an Old Man’s Head (1968). Cierto que existe el precedente de Heaven and Earth Magic (1962), del también experimental Harry Everett Smith, que parece asimismo más indicado para espectadores adultos, pero este último artista dudo que crease su obra exclusivamente para público adulto.
Walerian Borowczyk no volvió a dirigir largometrajes animados -no me extraña después del trabajo que le supuso crear una obra como esta-, aunque sí siguió dirigiendo películas. No las he visto en el momento en el que escribo esto, pero leo en fuentes fiables que son artísticamente interesantes: tampoco me extraña en vista del ingenio desplegado aquí.