John Wilson, David Detiege. Categoría: Película. |
Shinbone Alley habita una suerte de terreno de nadie, en el sentido de que tiene pocas probabilidades de gustar a público infantil -salvo que esté ya cerca de la adolescencia y haya sido expuesto desde temprana edad al cine independiente-, pero tampoco es claramente una propuesta pensada para espectadores adultos. Quiero decir con esto que no hay sexo, ni violencia, ni consumo de drogas ni ninguna de las cuestiones que se consideran inapropiadas para la infancia, de ahí que la calificación por edades en Estados Unidos sea PG: el equivalente en España sería no recomendada para menores de 7 años. Calificación, de todos modos, que puede malinterpretarse: Los aristogatos, otra con gatos antropomórficos que Disney estrenó ese mismo año, también es apta para todos los públicos pero está claro que será esta última la que prefieran el 99,999% de niños cuya edad no llegue a dos dígitos.
Dado que sabemos que el personaje protagonista se ha suicidado -un poeta que renace convertido en una cucaracha-, que hay una escena con prostitutas, junto con menciones a la revolución, a la política y a la filosofía, entre otras cuestiones, parece claro que no es la típica película creada con los niños en mente. Es más, comprenderé que haya padres, docentes y tutores con menores a cargo que no la consideren adecuada. En cambio, para espectadores adultos ávidos de experiencias inusuales en el ámbito de la animación sí es recomendable. Para disfrutarla, no obstante, es preciso tener en cuenta varios obstáculos.
El filme adapta el musical homónimo de Joe Darion, Mel Brooks y George Kleinsinger, que a su vez adapta las historias de Archy y Mehitabel escritas por Don Marquis, recordadas también por las estupendas ilustraciones de George Herriman. Es una pena, por lo pronto, que la estética no sea la de esos dibujos. Lo comprendo porque hubiera sido muy caro, pero no deja de ser una oportunidad perdida: hay una escena que sí parte de las ilustraciones y es, con diferencia, la mejor en lo que a la parte visual respecta. De hecho, el diseño de los personajes es lo menos estimulante de la cinta, aunque lo compensan, en parte, los notables fondos.
Por otra parte, el guion es muy irregular, de modo que difícilmente se puede apreciar en el sentido convencional, como una sola historia en la que cada escena es consecuencia de la anterior y todas son necesarias para el avance de la trama. Es más bien una colección de fragmentos relativamente independientes, no siempre bien hilados, que dan lugar a un conjunto un pelín incoherente. Al menos favorece una mezcla de estéticas y de acercamiento a la animación que crea un rico apartado visual.
Finalmente, y esto es positivo, parece preparar el camino para la explosión de animación adulta que se dio en Estados Unidos durante el resto de la década de 1970, tras el éxito de El Gato Fritz (1972), la ópera prima de Ralph Bakshi. No me refiero a que animase a otros productores o cineastas a emprender un proyecto similar a este, puesto que no tuvo éxito. Me refiero, por ejemplo, a que algunos de los ambientes callejeros retratados recuerdan a los que Bakshi propuso en Tráfico pesado (1973) o Coonskin (1975). Aquí son mostrados con algo menos de crudeza o realismo, cierto, pero con similar tono oscuro y melancólico.
Andrew Leal reseña el filme para el libro The Animated Movie Guide (2005), editado por Jerry Beck. Le otorga dos estrellas y media y escribe lo siguiente: “animado en un estilo más bien irregular, recuerda a las producciones contemporáneas para cines de DePatie-Freleng -aunque el animador británico John Wilson está acreditado como director, el codirector, David Detiege, veterano de DePatie-Freleng, claramente influyó en el aspecto del filme-. El estilo cambia para algunos fragmentos, virando hacia una psicodelia a lo Submarino amarillo en un momento dado, o hacia la manipulación de fotos en otro. El arte original de George Herriman, aunque obviado para el diseño de los personajes principales, es retomado durante una secuencia de fantasía, ‘Archy declara la guerra’. (…) tiene mucho que ofrecer a espectadores adultos a la búsqueda de algo poco convencional que ocasionalmente escarbe en asuntos serios”.
Craig Butler, en la web AllMovie, se muestra en cambio más entusiasta, le otorga tres estrellas y media de cinco y escribe lo siguiente como conclusión: “para aquellos dispuestos a conocer Shinbone en sus propios términos, es un fascinante intento, aunque con defectos, de ‘cartoon’ adulto y divertido con animales -no adulto en el sentido de El Gato Fritz, pero en términos de presentar, simplemente, un ‘cartoon’ que atraiga a público adulto. Seguidores aventurados serán recompensados; aquellos que no estén de ánimo para algo diferente harán bien en saltárselo”.