1977: Pedro y el dragón Elliot (Pete’s Dragon)

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Pedro y el dragón Elliot (Pete's Dragon)amazon Disney+

Don Chaffey y Don Bluth (animación).
PEDRO Y EL DRAGÓN ELLIOT (PETE’S DRAGON).
5/10

Categoría: Película.
Guion: Malcolm Marmorstein.
Año: 1977.
País: Estados Unidos.
Género: Fantasía, Aventura, Musical.
Técnica: Mixta, 2D.
Estudio: Walt Disney Studios.
Idioma: Inglés.
Característica: Dragones.
Duración: 2h 8min.
Clasificación por edades: Todas las edades.
Streaming: Disney+.

El mismo año en el que presentó el recopilatorio de cortometrajes Lo mejor de Winnie the Pooh y la estupenda Los rescatadores, Disney estrenó una tercera película con animación. La protagonizada por el niño Pedro y su dragón Elliot pertenece a una tradición en el estudio de combinar actores de carne y hueso con personajes o ambientes animados: comenzó con las Comedias de Alicia en la década de 1920 y sus más conocidos ejemplos son la maravillosa Mary Poppins (1964) y la encantadora La bruja novata (1971).

El único parecido de Pedro y el dragón Elliot con sus logradas predecesoras en el estudio es su naturaleza híbrida, porque si las dirigidas por Robert Stevenson son clásicos esenciales esta es muy floja desde un punto de vista artístico y ha envejecido mal. Imagino que el guion de Malcolm Marmorstein no busca precisamente un tono neorrealista, pero es tan increíble y disparatado que se pierde buena parte de la magia de sus elementos fantásticos. Peor es la chapucera dirección de Don Chaffey, con una puesta en escena que arruina los pasajes más importantes y una dirección de actores que consigue que nadie esté bien en esta cinta, ni siquiera los más experimentados, como Mickey Rooney.

La animación es lo mejor de la producción, pero quien tenga curiosidad por el film por ese aspecto seguramente quiera saber que: 1) son muy pocos los minutos animados; 2) la interacción entre los actores y el dragón Elliot está hecha pobremente. El dragón es invisible durante buena parte de la película, así que su presencia es resuelta con efectos especiales y no con animación. Respecto a lo segundo, es como si los técnicos del estudio hubieran olvidado cómo se hacía, porque el híbrido está mucho menos conseguido que en Mary Poppins. Hay momentos en los que el niño claramente no mira donde vemos al dragón y cuando este se sube a lomos del fantástico animal rara vez tenemos la impresión de que existen en el mismo universo.

Al menos el diseño del dragón no está mal y su animación es estimable, pero incluso en ese apartado me da la impresión de que Disney no puso mucho empeño en este proyecto, aunque a la postre obtuviera un notable éxito en taquilla. Dirigir la parte de animación, por cierto, fue uno de los últimos trabajos de Don Bluth en la compañía, antes de seguir por libre para crear clásicos como Nimh: El mundo secreto de la señora Brisby (1982) o Fievel y el Nuevo Mundo (1986).

Reseña Panorama
Puntuación
5
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