Peter Jackson. Categoría: Película. |
Antes de convertirse en un favorito de la crítica con Criaturas celestiales (1994) y cuando aún faltaba más de una década para alcanzar la fama con la trilogía basada en Tolkien, Peter Jackson comenzó su trayectoria como director con películas independientes de bajo presupuesto y no aptas para estómagos aprensivos. Su debut se titula Mal gusto (1987) y podría también haber sido un clarificador título para su siguiente largometraje, porque El delirante mundo de los Feebles eleva el mal gusto a la categoría de arte.
Protagonizada enteramente por marionetas, subvierte un medio generalmente asociado con la infancia para presentarnos a criaturas que reúnen la peor cara del ser humano. Vanidosos, drogadictos, enfermizos, psicópatas… No faltan ni fluidos de marionetas ni una cierta dosis de escatología.
Es tan salvaje e irreverente que a su lado la sombría Cristal Oscuro (1982) parece una peli de Disney. De hecho, no sé si será verdad, pero dice la leyenda que The Jim Henson Company se planteó demandar a la productora. No sería tan extraño, porque es el reverso ofensivo y salvaje de las encantadoras marionetas de Jim Henson. Visto de otro modo, es como si ese componente loco o ligeramente perturbador que ha tenido siempre la manipulación de marionetas fuese aquí explotado desde todos los ángulos posibles.
Producida por menos de un millón de dólares -un presupuesto muy exiguo incluso para 1989, máxime dado el rodaje con marionetas-, es admirable el trabajo de Jackson y de los manipuladores de marionetas para que el resultado sea visualmente tan atractivo. Bueno, o tan repulsivo, según cómo se mire. La cuestión es que esas marionetas parecen vivas. Vivas y tan inquietantes como las canciones que interpretan.