Mark Dindal. Categoría: Película. |
Chicken Little es la primera película de Disney enteramente realizada en animación 3D. Existe el precedente de Dinosaurio (2000), pero aquella incluye escenarios no animados. Por otra parte, hay una distinción más importante que esa para considerar la que nos ocupa el inicio de una nueva era en el estudio. Aunque se puede conseguir una estética realista con dibujos animados, en la era post-Jurassic Park (1993) era comprensible que la compañía optase por emplear el 3D para diseñar y animar a las criaturas prehistóricas pues de lo contrario lo habría tenido más difícil en la taquilla. En cambio, una historia como la de Chicken Little se podía perfectamente realizar con animación tradicional pues no precisaba de fotorrealismo alguno.
Justamente fue la suerte en taquilla de sus más recientes largometrajes la que convenció a los mandamases de Disney que el 3D era el camino a seguir. Y es lógico. Por una parte, su socio Pixar llevaba seis éxitos seguidos, de Toy Story (1995) a Los increíbles (2004). Por otra, aunque le había ido bien con Lilo y Stitch (2002), su último gran éxito en taquilla con un film en 2D era Tarzán (1999) y con El planeta del tesoro (2002) se había pegado su mayor batazo.
Seguramente había una razón más: el contrato de distribución con Pixar concluía tras Cars (2006), así que Disney necesitaba saber si, en caso de ruptura del acuerdo, podía crear sus propias películas de éxito en 3D. Dado que en el 2006 optó por comprar Pixar, ya sabemos a qué conclusión llegó. El caso es que Chicken Little recaudó más que su inmediata predecesora, Zafarrancho en el rancho (2004), pero tampoco debió de dejar muy satisfecha a la compañía y las críticas fueron mayoritariamente negativas, impresión que comparto.
Me pregunto cómo es posible que un estudio tan cuidadoso con las películas animadas que estrenaba con su marca Walt Disney Feature Animation, las que se consideran su canon, autorizara un pastiche como este. No aprecio aquí prácticamente nada que sea novedoso, ni una narración que vaya más allá de parodiar éxitos del cine o enlazar canciones populares -en ambos casos de un modo poco creativo-. Es más, hay chistes, porque supongo que tienen la intención de hacer reír, sobre el personaje gordo -que por supuesto está obsesionado por comer- y otros repetidos varias veces, como si los guionistas esperaran que a la segunda o tercera ocasión nos empezaran a hacer gracia.
Sabiendo que la dirigió Mark Dindal, me pregunto también qué ha quedado del irresistible ingenio de El emperador y sus locuras (2000). Cierto que esta vez no contó con el divertido guion de David Reynolds, pero aun así había estupendos gags visuales que no son solo una cuestión de escritura, sino de manejo del tempo de la comedia, talento que aquí parecer haberse diluido.
Por otra parte, se nota que fue el primer film en 3D de Disney, porque estéticamente no es muy atractivo. La animación, sin ser una maravilla, no está mal para el estándar de la época aunque ha envejecido bastante mal. En cambio, el diseño de los personajes y los fondos es asombrosamente flojo. En un momento dado, uno de los personajes se ríe de otro por su fealdad, y sí, se trata de una patita fea y en ese caso es deliberado, pero casi todos los personajes son ejemplos de feísmo, solo que involuntario. En fin, en línea generales, parece un antepasado de Los increíbles, no un sucesor cronológico.
Nota: Disney había producido una primera adaptación de la fábula, titulada también Chicken Little (1943), un cortometraje de propaganda anti Nazi dirigido por Jack Cutting y Clyde Geronimi.