2017: Ancien y el mundo mágico (Hirune-hime: Shiranai watashi no monogatari)

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Ancien y el mundo mágico (Hirune-hime: Shiranai watashi no monogatari)amazonfilmin

Kenji Kamiyama.
ANCIEN Y EL MUNDO MÁGICO.
8/10

Categoría: Película.
Guion: Kenji Kamiyama.
Año: 2017.
País: Japón.
Género: Ciencia Ficción, Aventura, Drama.
Técnica: 2D, Anime.
Estudio: Signal MD; Asahi Production, Gainax, Graphinica, Nakamura Production, Maru Animation, Oh Production, Imagica, DR Movie, Madhouse, Production I.G, Satelight, D-Colors, Akatsuki (colaboración).
Participación: Nippon TV.
Idioma: Japonés.
Característica: Monstruos, Robots, Trabajo, Distopía, Policía.
Duración: 1h 51min.
Clasificación por edades: Todas las edades.
Streaming: Filmin.

Kenji Kamiyama adapta en Ancien y el mundo mágico su manga homónimo, del que escribió el texto y Hana Ichika realizó las ilustraciones. Claro que, al estrenarse con solo unos meses de diferencia, más que de adaptación se podría hablar de diferentes versiones de una misma historia: también hubo un ONA producido como herramienta promocional. Se centra en una soñadora adolescentes que, seguramente para huir de una realidad que no le gusta del todo, se imagina como princesa con poderes en una versión fantástica de su mundo -con monstruos, robots y un rey tirano-.

Sería fácil considerarla parte del grupo de obras que, tras el cierre provisional de Studio Ghibli, trataron de acercarse a la estética y tipo de historias que dieron fama mundial al estudio, como otra que se estrenó ese mismo año, Mary y la flor de la bruja (2017), dirigida por Hiromasa Yonebayashi, o como El misterio de los pingüinos: Penguin highway (la 2018), dirigida por Hiroyasu Ishida. Sin embargo, aunque sí advierto ciertos paralelismos, en este caso no estoy del todo seguro de que así sea. Máxime cuando la filmografía de Kamiyama, que incluye varias entregas de la saga Ghost in the Shell, Akira (1988) o Star Wars: Visions (2021), parece privilegiar la ciencia ficción frente a la fantasía.

Un similar enfoque genérico ocurre aquí también, de hecho. A pesar de la presencia de una princesa con magia, una línea argumental cercana al cuento de hadas, los intereses de Kamiyama se notan enseguida por la atención prestada a la tecnología, a los diseños de los robots, de la arquitectura del reino futurista… En definitiva, quien llegue aquí atraído por su pasado en la ciencia ficción seguramente encuentre motivos para quedarse.

Sin embargo, aunque aplaudo su ambición, mezcla tantos ingredientes dispares -incluida el lugar común de la madre muerta y la presencia de unas Olimpiadas en Tokio cuyo rol no parece esencial- que el conjunto se queda poco cohesionado. Funciona mejor como una suma de brillantes escenas aisladas que como un largometraje al uso, cosa que lastra irremediablemente su disfrute. Dicho esto, la estética es generalmente atractiva y resulta interesante cómo el mundo ‘real’ de la adolescente influye en su imaginación del mundo fantástico o, visto de otro modo, cómo la fantasía sirve para hablar del Japón contemporáneo.

Reseña Panorama
Puntación
9
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