Alexandre Astier y Louis Clichy. Categoría: Película. |
Asterix y Obelix nacieron en las páginas de los cómics creados por René Goscinny y Albert Uderzo, pero dada su popularidad cuentan también con una sólida trayectoria cinematográfica. En 1967 se estrenó la primera adaptación, Astérix el galo, realizada sin la participación de sus creadores, que sí dirigieron la siguiente, Astérix y Cleopatra (1968), y la más apreciada de la saga, Las doce pruebas de Astérix (1976). Desde entonces hasta la que nos ocupa, llegaron a los cines diez películas animadas, a las que hay que sumar las cuatro con actores de carne y hueso.
Las ocho primeras adaptaciones animadas fueron realizadas en 2D, pero finalmente los personajes dieron el salto a la animación por ordenador en 3D. Fue en el 2014, con Astérix la Residencia de los Dioses, curiosamente el mismo año del debut en 3D de otra popular pareja de cómic: Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo, dirigida por Javier Fesser.
Esa dimensión extra, como en tantos otros casos, se explica por razones comerciales. Cada nueva entrega animada de los héroes galos había recaudado menos que la anterior. La última en 2D, Astérix y los vikingos (2006), pasó por poco del millón de espectadores, el segundo peor registro. En cambio, el estreno en 3D se quedó cerca de los tres millones, cifra superada por los casi cuatro millones de Astérix El secreto de la poción mágica, el mejor resultado de la saga -datos siempre de Francia-.
Al menos, como en el anterior film, la estética se mantiene relativamente fiel a los personajes tal y como los conocíamos de las historietas, lógico cuando cualquier otra opción hubiera arruinado el potencial comercial de la cinta.
Alexandre Astier y Louis Clichy, que repiten como guionistas y directores, afrontaron la segunda película de la saga no basada en uno de los álbumes de Asterix y Obelix: la primera fue Las doce pruebas de Astérix. Ahora bien, hay una notable diferencia, y es que aquella la idearon y dirigieron los creadores de los personajes, Goscinny y Uderzo, de ahí que el resultado fuese tan memorable. La que nos ocupa, a pesar de ser estimable e incluir numerosos aciertos, no es tan satisfactoria.
El principal problema de Astérix El secreto de la poción mágica es que en ocasiones se aleja excesivamente del tipo de historias que proponían los padres de las criaturas. Ese podría ser un enfoque valiente y bienvenido de no ser porque las variaciones son sistemáticamente menos interesantes que el universo ya conocido. Cuando mejor funciona es cuando reconocemos los personajes y situaciones de siempre.
El tipo de humor, no obstante, sí sigue la senda de las historietas, aunque no siempre con el mismo ingenio que René Goscinny. Claro que se trata de uno de los mejores guionistas de la historia del cómic, así que su nivel no está al alcance de casi nadie. Aun así, Astier y Clichy convencen en ese apartado con efectivos gags visuales y verbales y una generosa dosis de anacronismos: Panoramix marca un código similar al de los teléfonos móviles en una piedra y hay personajes con nombres como Vitroceramix, Notengonetflix o senador Tomcruse.
En conjunto, por mucho que el guion sea desigual, el largometraje resulta entretenido y visualmente atractivo. La animación está de hecho muy bien realizada, así que da vida con eficacia a tan queridos personajes. No estoy seguro de que entusiasme a los seguidores de las historietas, pero sí debería servir como introducción al universo de los irreductibles galos y yo diría que le gustará mucho al público infantil.