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Lise I. Osvoll. Categoría: Película. |
Klara y el ladrón de manzanas parece pensada exclusivamente para los más pequeños, para quienes acaben de empezar a ver cine. Su duración, de poco más de una hora, es acorde con el tiempo de atención que estos niños suelen dedicar a los audiovisuales cuando empiezan a descubrirlos.
Qvisten Animation, estudio noruego responsable de la animación, realizó un buen trabajo teniendo en cuenta el presupuesto del que dispuso. Los fondos y texturas que logra no están mal, aunque se nota que todo es muy sencillo para mantener los costes bajos. En fin, es un producto poco ambicioso y de enfoque comercial que al menos tuvo éxito en Noruega y se exportó a varios países. Objetivo cumplido.
Desde un punto de vista artístico, en cambio, es una obra fallida que no recomiendo ni siquiera a los más pequeños. Por supuesto que mantendrá entretenidos durante una hora a buena parte de niños de 3-6 años que la vean, pero más vale que dediquen ese tiempo a ver otro tipo de cine -por ejemplo, Zibila y el poder de las rayas (2020), un buen ejemplo de animación infantil con un sello de autor-.
Está bien que muestre la vida en el campo -con escaso realismo, eso sí- y que lance un mensaje final a favor de aceptarse como uno es en lugar de perseguir un efímero estrellato en los programas de talentos. Lo que ocurre es que, para llegar a eso, tenemos que padecer una hora de guion terriblemente poco imaginativo, con situaciones que se suceden sin ton ni son, personajes un tanto antipáticos de los que rara vez se sabe bien cual es su motivación y canciones convencionales de nada inspiradas letras -las que tantos niños tienen que sufrir por la falta de criterio de los adultos-.
