2018: Ralph rompe Internet (Ralph Breaks the Internet)

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Ralph rompe Internet (Ralph Breaks the Internet)amazon Disney+

Rich Moore y Phil Johnston.
RALPH ROMPE INTERNET (RALPH BREAKS THE INTERNET).
6/10

Categoría: Película.
Guion: Phil Johnston y Pamela Ribon.
Año: 2018.
País: Estados Unidos.
Género: Fantasía, Acción, Comedia.
Técnica: 3D.
Estudio: Walt Disney Studios.
Idioma: Inglés.
Característica: Princesas, Héroes, Heroínas.
Duración: 1h 52min.
Clasificación por edades: Todas las edades.
Streaming: Disney+.

La segunda parte de ¡Rompe Ralph! recibió críticas generalmente positivas -en la habitualmente fiable Metacritic tiene un 7,1/10- y estuvo nominada como Mejor película de animación en los principales premios de la industria estadounidense. Yo no comparto ese entusiasmo y creo que es una película fallida a pesar de lo entretenida que resulta en muchos pasajes, pero la mía no es una opinión mayoritaria.

Cuando uno ve Ralph rompe Internet en Disney+, al inicio hay un mensaje en el que pone “contiene emplazamientos publicitarios”. No hace falta que lo precise: no son precisamente sutiles. Es más, la plataforma de streaming podría haber escrito que el film es un emplazamiento publicitario. Pertenece a esa tendencia reciente de las películas-anuncio, iniciada en el ámbito de las superproducciones para cine con la recomendable La LEGO película (2014), pero que luego ha dado lugar a poco ilustres imitadoras, como Emoji: La Película (2017), Playmobil: La película (2019) o UglyDolls: Extraordinariamente feos (2019).

El film que nos ocupa es un caso igualmente obvio por mucho que el punto de partida no sea una línea de juguetes. Cierto que algo así ocurría ya con la primera parte, pues parte de su atractivo era ver reunidos a conocidos personajes de videojuegos de Arcade, pero comparado con esta aquella no era nada. Esta vez ya no se trata de personajes de videojuegos -aunque se pasa por ahí Sonic-, ni siquiera de los gigantes de Internet -por mucho que veamos claramente, con sus nombres y logos, a eBay, Google, Instagram, Facebook…, doy por hecho que todos pasando por caja-. Aquí el producto anunciado es Disney.

Quizá sea el cínico que hay en mí quien habla, pero en ocasiones da la sensación de haber sido concebido por el departamento de marketing y no por un equipo de guionistas. La casa del ratón aprovecha la trama en Internet para incluir una visita a una web de la compañía que le sirve para promocionar sus muchas franquicias, de modo que desfilan por la pantalla personajes de sus películas de animación, de la saga Star Wars, de Marvel y, por supuesto, sus princesas. Esta comentada escena es divertida, por supuesto, e incluye un eficaz meta-chiste a propósito de la protagonista de Brave (2012) –“no la entendemos, es del otro estudio”, dice una de las princesas Disney- pero como otras muchas del film, aporta bien poco a la trama. Máxime cuando las principesas reaparecen en el clímax y su presencia es tan innecesaria como la primera vez, pero se ve que no pudieron resistir la tentación.

Ralph rompe Internet, más que un largometraje al uso, parece una suma de escenas independientes cuyo principal propósito parece ser incluir tantos emplazamientos de producto como sea posible, amén de la auto-promoción de la compañía. Hay secuencias completas que se pueden eliminar de la trama y no pasaría nada. Que a pesar de eso la película tuviera éxito implica que a una parte considerable de los espectadores les gusta ver en pantalla a los mismos personajes una y otra vez, a ser posible juntos, sin importar lo justificada que sea su presencia o que, en esencia, estén pagando por ver un anuncio. Muy bien hecho, desde luego, pero un anuncio de todos modos.

Por otra parte, la cinta tiene un problema que ya ocurría en menor medida en su predecesora: las reglas del juego, nunca mejor dicho, no están nunca claras. Si en ¡Rompe Ralph! aún explicaban algunas -si eres un fallo de código no puedes salir de tu juego, si mueres en un juego que no es el tuyo no te regeneras…-, aquí ya ni se molestan en explicar nada una vez los protagonistas llegan a Internet. ¿Cómo funciona la red para ellos? ¿Qué implica? Un ejemplo: ¿por qué nos debería preocupar que se caigan de uno de los muchos rascacielos con los que está ilustrado Internet, si nunca nos han mostrado qué consecuencias tiene eso? ¿Funciona la gravedad para un personaje de videojuego igual que para nosotros?

Cuestiones publicitarias y problemas de lógica aparte, la película visualmente es muy atractiva. Puede que la manera de plasmar Internet no sea un prodigio de originalidad, pero es deslumbrante. Luego, hay escenas de acción que son espectaculares y el número musical es una maravilla -ninguna sorpresa cuando la canción está compuesta por Alan Menken, músico clave del periodo de renacimiento-, así que a pesar de ser globalmente insatisfactoria, puntualmente sí es divertida o memorable.

Solo unas semanas después de Ralph rompe Internet se estrenó Spider-Man: un nuevo universo (2018) y es inevitable tener la sensación de que es el modelo al que aspiraban sus responsables: la protagonizada por el hombre araña también está plagada de referencias meta, rompe la cuarta pared y revisa desde una perspectiva cómica populares personajes de la cultura pop, pero lo hace en el seno de una trama bien cohesionada y con un tono coherente. Por eso, entre otras razones, es muy superior.

Reseña Panorama
Puntuación
6
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